Lo que presenciamos sobre el falso debate y las llamadas “mesas de la verdad” que instalaron las dos dirigencias nacionales del PRI y el PAN, son una clara muestra del bajo nivel político de estos partidos, un show mediático y una payasada sobre eso del compromiso “127” en Tlalnepantla.
O sea, el “ladrón le grita al ladrón”; es increíble que la competencia electoral en lugar de debatir ideas se reduzca a ver quién es más mentiroso: Enrique Peña Nieto o Josefina Vázquez Mota. Es increíble que tanto Pedro Joaquín Codwell (PRI) como Gustavo Madero (PAN) hayan sido obligados a acudir al burdo espectáculo sobre la terminación o no del llamado “Puente de Vigas”, sólo para cuidar la imagen de sus aspirantes y para no perder votos o credibilidad.
Los panistas, ante sus fracasos y torpezas de su candidata, no encontraban la forma de volver a renacer en los medios, sólo mediante el escándalo político y sus “porros” lo lograron. Por otra parte, los priistas quisieron justificar lo injustificable: ellos saben que Enrique Peña Nieto no gobernó en el Estado de México, simplemente fue su trampolín político para hacerse de la candidatura presidencial.
Las escenas vistas en los medios y la televisión son burdas, los mexicanos no merecemos este tipo de campañas electorales. Fue un falso “debate” entre dos partidos políticos que están acostumbrados a decirnos mentiras y engañarnos, pues son unos demagogos profesionales.
Peña Nieto tiene que recurrir en sus actos de campaña a firmar compromisos para convencer a un electorado que no les cree nada, hasta ese punto han tenido que llegar con tal de quedar bien con la gente. Luego Josefina Vázquez Mota, la candidata “diferente”, diferente de ¿qué?, de las dos administraciones “jodidas” que nada pudieron hacer por el país. El estúpido espectáculo que montaron ante la opinión pública sobre el compromiso “127” o “130” en nada contribuye a la democracia, menos aún a la verdad.
Lo único que faltó para ponerle más “carnita” al asunto fue que se agarraran a golpes los dos bandos de “porros”, priistas y panistas.
Pero, eso sí, ambos grupos políticos con todo y sus coordinadores de campaña demostraron sus miserias políticas, como animales de caza se dedicaron a cuidar a sus candidatos; estos son quienes presuntamente nos quieren gobernar… “chale”.
Ahora, lo que les falta es ir al municipio o región más pobre de Guerrero y Oaxaca para que ahí debatan sobre quien de los dos son los responsables de la pobreza y marginación social. Bueno, o que nos digan quién cumplió y quién no en sacar al país de todas las desgracias que vivimos.
Los del PAN y su candidata, Josefina Vázquez Mota, están por cumplir 12 años en el poder, fueron dos sexenios perdidos para los mexicanos, con improvisaciones nos gobernaron, le tuvieron miedo al PRI, nos mintieron, no cumplieron, se volvieron corruptos y no se pudieron diferenciar en nada del viejo partido autoritario.
Del PRI y su candidato sabemos lo que hicieron con el país, no tuvieron “llenadero”, se aprovecharon de todo, se enriquecieron y sus viejas herencias siguen presentes. Destruyeron el destino y futuro de México.
Estos dos candidatos son y representan lo mismo, lo acabamos de ver en las “mesas de la verdad”, ambos se gritaron que son mentirosos. Fue una cortina de humo para darle “baje” a Andrés Manuel López Obrador, quieren que la competencia solo sea entre ambas derechas y los grupos económicos que los respaldan. Funesto espectáculo político el que vimos, denigrante para el debate de las ideas y ofensivo para los electores.
Esta payasada actuada por payasos solo recrea el morbo político y mediático, provocará más abstencionismo e indiferencia. Las campañas electorales son otra cosa, no estas “jaladas” tricolores y azules.