Fue en el mes de diciembre del 2011 cuando Fernando Manzanilla, secretario general del Gobierno, en la entrega de los estímulos a elementos de la Policía Auxiliar de Protección Ciudadana, se refirió a Ludivino Mora Tejeda, director de la corporación, al decir que nunca la Policía Auxiliar se encontraba tan bien como en ese momento. Eran, sin duda, días de logros.
Ayer el mismo Fernando Manzanilla, en un comunicado de prensa, tuvo que reconocer que aceptó la renuncia de Ludivino Mora al cargo, pero se reservó a informar fueron los motivos. De hecho, sólo ellos dos lo saben.
Un día antes de que se hiciera oficial la renuncia el entonces director de la Policía Auxiliar de Protección Ciudadana tuvo una reunión a puerta cerrada con el secretario de Gobierno. La conversación que ambos sostuvieron aún sigue siendo una incógnita, pero desde ese mismo lunes comenzó la entrega de las instalaciones.
Ludivino Mora Tejeda fue quien decidió presentar su renuncia. Sus motivos aún se desconocen, sólo se dice que es el primer hombre del equipo cerrado de Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, que se atreve a enfrentar a un jefe que por cualquier motivo pierde los estribos con su personal.
El hombre tras la puerta de inteligencia
Ludivino Mora Tejeda, en el más absoluto silencio, intervino en las labores de inteligencia de la Secretaría General de Gobierno. Muchos de los operativos para la preparación de eventos, de reuniones con autoridades militares y federales, tuvieron la experiencia de un hombre que durante dos administraciones estatales y municipales tuvo en sus manos la seguridad de los poblanos.
Muy contrario al secretario de Seguridad Pública del estado, Ardelio Vargas Fosado —que tuvo que ser defendido por el mismo gobernador por sus acciones de abusos de autoridad y negligentes intervenciones—, Ludivino estuvo atrás de importantes decisiones para la tranquilidad de municipios en conflictos políticos y de seguridad, sin que fuera necesario el “cacareo mediático”.
Su salida debilita al equipo de seguridad de Puebla para contrarrestar amenazas como el crimen organizado que intenta acentuarse en territorio poblano, y que conste que el informe del ingreso de este tipo de delincuentes lo saben las mismas autoridades militares y federales.
Los caminos en la seguridad pública
Ludivino Mora Tejeda fue director de Seguridad Vial del estado, fue el único director que en ese tiempo se preocupó por la corporación y logró que a sus elementos se les considerara como efectivos de prevención del delito y, como consecuencia, obtuvo los permisos correspondientes para la portación de armas de fuego.
Fue secretario de Seguridad Pública y Tránsito del municipio, durante la administración de Enrique Doger como alcalde de la ciudad de Puebla. También formó grupos operativos para hacer frente a las mafias del “narcomenudeo” que comenzaban a tomar fuerza.
Estuvo al frente del Consejo de Honor y Justicia de la Policía Estatal Preventiva, creado para analizar casos de policías acusados por deshonestos.
En otras palabras, conoció desde el manejo de la seguridad pública hasta los más oscuros rincones de la delincuencia, esto a través de los grupos de inteligencia que siempre procuró crear.
Sus conocimientos, además de su aceptación en los cuerpos policíacos, llevaron a Moreno Valle a ser el ganador en la contienda para gobernador.
Fue Ludivino quien se acercó a los grupos más recalcitrantes de policías, a quienes les dijo que “el cambio estaba por venir” y los convenció.
Fue quien operó los grupos de reacción durante la jornada electoral del 4 de Julio del 2010, quien movilizó a grupos especializados para “defender urnas”.
Fue la mano derecha de Fernando Manzanilla, su operador de seguridad tras de la puerta.
“Así paga el Diablo a sus fieles servidores”
Conste que “lo mejor esta por venir”.
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Entre Fernando Manzanilla y Ludivino Mora
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