Muy en lo “oscurito” la Procuraduría General de Justicia (PGJ), a través de la Dirección General de Atención a Delitos de Alto Impacto (DGDADAI), investiga la desaparición de Santa Vivar Ramírez, de entre 40 y 35 años de edad, que presuntamente se dedicaba al negocio de narcotráfico y que pudo haber sido “levantada” por miembros del crimen organizado.
Santa Vivar es originaria del municipio de Guadalupe Santa Ana, que pertenece al Distrito Judicial de Acatlán de Osorio. Su desaparición es investigada en toda la Mixteca poblana, donde se dijo que ella tenía campo de acción para la distribución de alcaloides. Un grupo de vecinos de esta región, preocupados por la presencia de grupos delictivos, enviaron un reporte a esta columna donde denuncian la desaparición de una mujer que de la noche a la mañana incrementó sus riquezas. La desaparecida tiene amistad con el presidente municipal Romárico García Barrales, de quien también no descartan tenga algún negocio ilícito.
Santa Vivar fue “levantada” por sujetos desconocidos que se la llevaron en varios vehículos con rumbo desconocido y hasta el momento no se han comunicado con su familia ni siquiera para pedir rescate económico. Aún no tienen una fecha precisa de su secuestro. Los mismos vecinos tienen temor de que haya sido asesinada.

Un cuerpo sin identidad
El martes 15 de mayo, a 50 metros de donde se ubica el río Nexapa de Atencingo, los vecinos hallaron el cuerpo sin vida de una mujer que tendría entre 36 y 72 horas de haber sido asesinada con arma blanca. La mujer presentaba múltiples lesiones en el rostro, que lo dejaron desfigurado por completo.
Quienes llegaron donde se hallaba la desconocida fueron agentes de la Policía Ministerial adscritos a la comandancia de Atencingo, además de la agente del Ministerio Público de Izúcar de Matamoros, que al respecto dio entrada a la averiguación previa 756/23012 girando instrucciones para que el cuerpo fuera llevado al anfiteatro del Panteón Municipal donde (hasta el miércoles) permanecía en espera de ser identificada.
Las características de esta mujer: morena, robusta, de 1.65 metros de estatura, de entre 35 y 40 años de edad, se asemejan a las señas particulares de Santa, sin embargo hasta el momento no ha sido identificada. La mujer presentaba huellas de violencia. La PGJ no dio detalles del levantamiento de cadáver.

Las complicidades
Santa Vivar tenía a sus órdenes a un sicario de la región sur. Se trata de Galdino Pérez Aquino, quien presuntamente está internado en la cárcel municipal de Matamoros donde cumple condena de dos años de prisión, luego de que el juez Décimo de Distrito en Puebla lo encontró responsable del delito de portación de arma de fuego sin licencia.
De acuerdo con el proceso 074/2011 y de un reporte por parte de la Procuraduría General de la República (PGR), Galdino fue detenido en posesión de una escopeta calibre .16. Galdino debería de estar preso por el delito de homicidio calificado en agravio de Quintiliano Guzmán, por lo que incluso fue detenido por elementos de la Policía Ministerial del Estado (PME) y consignado al Centro de Reinserción de Acatlán, a cargo del juez de Primera Instancia, pero por alguna razón hasta el momento desconocida solo estuvo preso seis meses.
Galdino fue detenido después armado con una escopeta y se presume que está preso. De hecho, la PGJ envió el comunicado donde informa de la sentencia condenatoria en su contra.

Los cabos sueltos
Pese a que la desaparición o secuestro de Santa Vivar Ramírez, quien tiene nexos que la ubican desde Colombia a los Estados Unidos, la PGJ no se ha preocupado en confirmar si la mujer hallada cerca del río Nexapa es la misma; de hecho, el Ministerio Público de Matamoros ocupó gran parte de su tiempo en la consignación de detenidos, además de que el personal de la DGDADAI tampoco se acercó a verificar el cuerpo del que se dice podría ser sepultado en la fosa común en las próximas horas.
Nos vemos en las próximas horas.