¿Y quién es “Nacho” Meléndez?
Ignacio “Nacho” Meléndez González es picador de toros, por tanto es torero de a caballo, de los de “a’upa”, pero es subalterno de los de abolengo, de alcurnia, torero de dinastía.
Entre sus parientes encontramos a Polo Meléndez, apoderado de toreros; a Alberto “El gran Beto” Preciado Meléndez, subalterno este de los de a pie, de gran fama, prestigio y merecedor de cariño y respeto entre los hombres que visten de plata. Se cuentan también Gabriel “El Pollo” y Pascual Meléndez.
Pero el popular “Nacho” es de la gente del toro que además de andar en la fiesta como verdadero profesionista de ella, estudió la carrera de Ingeniería Electrónica en la que se desempeñó por muchos años en su querido San Luis Potosí, al menos en dos empresas diversas, de las que se retiró dedicándose de tiempo completo a picar reses bravas en las plazas de toros, pero su amplia experiencia profesional le ha llevado a ser picador de confianza de muchas casas ganaderas, gozando de la amistad de señores ganaderos de prosapia, entre ellos ha gozado de la amistad de Manuel Pablo Labastida (QEPD) y por supuesto de las señoras Pilar y Paulina, así como de doña Laura de Villasante.
Y en el caso de las señoras Labastida, goza hasta de la confianza y el privilegio de entrar y comer en la cocina, como se acostumbra en las haciendas de abolengo.
De “Nacho” Meléndez quiero decir que después de retirado parcialmente de la ingeniería electrónica, pues siempre sigue haciendo sus “chambas”, se ha dedicado desde el advenimiento de las computadoras, a desarmarlas y armarlas, es todo un “computólogo”, aunque no de alternativa.
Lo curioso del caso y de llamar la atención es que durante las giras, a veces verdaderos viajes agotadores por los cientos de kilómetros a recorrer en las furgonetas de los matadores, y durante las noches de tensión e insomnio antes y después de las corridas; ahora matadores, apoderados y subalternos, cargan junto a las espuertas y fundones con la ropa de torear sus laptop, que se convierten en herramienta de enlace mediante los “chats” con la familia y amigos y les permiten estar al tanto de lo que ocurre en el medio del toro, consultando la web de “aquí y de allende el mar”.
Así, “Nacho” se ha transformado en el bendito “computólogo” que todo les arregla e instala, pero a más de ello su verdadera especialidad es conectar en sus laps y tabletas los links que les permiten ver y oír las transmisiones de las corridas y programas especializados; les quita o les borra mediante shortcuts comerciales y artefactos que distraen las transmisiones, es decir, además de picador se ha convertido en verdadero hacker; es todo un experto en ello.
Este Ignacio es uno de los tres picadores que viajaron a España este año para estar en los “Sanisidros” y demás corridas que les salgan en la península a los matadores con quienes han viajado “colocados”. Efrén Acosta hijo, el segundo de los “locos” y Eduardo Reyna.
Y ha salido “Nacho” en la plaza de Las Ventas a dar cátedra de buen picar. Con cuanta ilusión subió don “Nacho” en su cuaco en el patio de caballos de Las Ventas, fue Lana Virgen, el segundo toro del matador Eulalio López “Zotoluco”.
Toda la plaza observó y apreció su ansía de triunfo, como si fuera un chaval cuando pidió a Eulalio que le dejará al toro de largo, fueron tres puyazos —no está por demás recordar que lo frecuente hoy es menos de medio puyazo y muy pellejero—.
El primero, un tanto trasero. Segundo y tercero de apoteosis, comenzando por un espectacular tumbó del que “Nacho” se levantó sin mirarse la ropa y volvió a montar, exactamente bajo el tendido del siete y ahí volvió a citar de largo al de Bañuelos para un tercer puyazo, tal como dictan los cánones, prendiendo al toro de largo con la vara muy echada por delante y prenderlo para dar el puyazo maestro en corto, bajo el estribo; la ovación fue estruendosa y se escuchó hasta el mismo San Luis Potosí, pero lo más importante fue el reconocimiento del conocedor público de Madrid puesto de pie, aplaudiendo a nuestro paisano.
Los comentaristas del callejón: Manuel Moles y el invitado en turno Juan José Padilla, han dicho que la empresa de Las Ventas debe tomar en cuenta a estos subalternos, y pase lo que pase con los matantes aztecas acartelados, estos toreros, como “Nacho” Meléndez deben repetir en esa catedral del toro.
“Nacho”, excelente amigo, sorprende en sus conversaciones por su gran conocimiento de rincones, bares y restaurantes con sus guisos “de la casa”, cuyas recetas repite de memoria, de la Gran Vía, de todo Madrid y del barrio de La Santa Cruz, cerca de La Maestranza en Sevilla.
Va para él nuestra enhorabuena y reconocimiento, por lo gran tipo, amigo y gente “chipen” desde dentro de la fiesta que es. La verdad, no esperábamos menos de él. Sí, ya se lo hemos dicho, queremos verlo un día montando su cuaco de pica, con el castoreño ceñido, con el barbiquejo bien montado en el mentón, muy a su estilo, las riendas en una mano y en la diestra la vara, y sobre la cabeza de la silla de montar una lap, una de las notebook que él suele utilizar.