El proceso electoral del Distrito Federal puede considerarse como la segunda elección más importante que se lleva a cabo en el país no sólo por la importancia de la ciudad más grande de México, sino por la cercanía que tiene con nuestra entidad, Puebla.
Isabel Miranda de Wallace del Partido Acción Nacional, Beatriz Paredes del PRI, Miguel Ángel Mancera por las izquierdas y Rosario Guerra de Nuevo Alianza expusieron sus propuestas en el primer debate público organizado por el Instituto Electoral del DF.
Fue evidente que sólo los representantes del PRI y de las izquierdas tienen consciente la problemática del Distrito Federal, pero no sólo eso, sino que la participación de las candidaturas ciudadanas fue mediocre y deja en la mesa el análisis si en México estamos o no preparados para ser gobernados por quienes han vivido fuera de la política.
De inicio, el panorama no se ve tan malo, sin embargo personajes como la señora Wallace, a quien Acción Nacional supo convencer para convertirla en la abanderada blanquiazul, fue no sólo mediocre sino patética. La capacidad de discurso, conocimiento y desenvolvimiento frente a la cámara tanto de Mancera como de Paredes hicieron ver a las otras dos mujeres como ignorantes, fuera de lugar y con menos posibilidades de lograr el cargo, de las que ya tenían.
¿Qué harían estos dos personajes en caso de sentarse en la silla?
Aún nos falta mucho. Ni hablar.
El peso de la elección en el DF
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