El segundo debate sólo sirvió para confirmar lo que se sabía, que la contienda es entre dos personajes, el priista Enrique Peña Nieto y el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.
Tanto el mexiquense como el tabasqueño se cuidaron mucho durante el debate, no hubo ni un sólo señalamiento entre ambos, lo cual es de llamar la atención. A mí parecer, luego de este debate las cosas se mantendrán sin variaciones, es decir, Enrique Peña Nieto se mantendrá como puntero en las encuestas y Andrés Manuel López Obrador se consolidará como el único que puede darle pelea en esta contienda.
Josefina Vázquez Mota tal vez hizo su mejor papel desde que asumió la candidatura del PAN a la Presidencia de la República, pero aún así fue insuficiente y en uno de sus ataques salió aporreada luego de que Gabriel Quadri le recordó que antes le decía “querida amiga” a la maestra Elba Esther Gordillo, a la cual hoy dice repudiar.
Vázquez Mota fue la mejor del debate desde mi punto de vista, pero creo que será insuficiente, ya que lo ha hecho demasiado tarde, cuando las tendencias marcan que su campaña va a pique, tal vez le alcance para rescatar algunos puntos que le permitan al PAN recuperar posiciones en los estados, es decir, diputaciones y senadurías.
Paradójicamente, el trabajo de Josefina Vázquez Mota sólo beneficia a Enrique Peña Nieto, quien no brilló pero salió muy bien librado y prácticamente sin ningún rasguño de este segundo debate, que muchos pronosticaban que sería su Waterloo.
A quien más le ayuda que Josefina Vázquez Mota siga con vida es a Enrique Peña Nieto, ya que el voto útil le favorece a Andrés Manuel López Obrador. Quizá al tabasqueño le faltó darle el “tiro de gracia” al mexiquense, lo tuvo a tiro de cañón y extrañamente lo dejó vivir, no hubo ni una sola mención contra el candidato del PRI y tal vez lo vaya a pagar caro López Obrador el próximo 1 de julio porque dejó pasar su momento. Las expectativas sobre el tabasqueño y su trabajo en el escenario del debate eran muy altas, se decía que era foro ideal para rematar a Peña Nieto y tomar el primer lugar a 20 días para que se lleve a cabo la elección.
López Obrador lució cansado, demasiado pausado y poco convincente, repitió sus peroratas de que México será un paraíso a partir del 1 de diciembre si él gana y volvió a la demagogia del crecimiento económico y la generación de empleo. Reiteró tuvo en sus manos la oportunidad de consolidar su posición, acercarse y rebasar a su contendiente, pero desperdició el escenario y la alta expectativa que generó el debate.
Gabriel Quadri, el candidato de Nueva Alianza, dejó en claro a lo que va, a conservar el registro del Panal para la “maestra2, asegurar la llegada de los familiares de ésta al Senado y a la Cámara de Diputados por las plurinominales y a ayudar a Peña Nieto para lo que sea necesario.
Enrique Peña Nieto no brilló, pero salió bien librado, sigue como puntero en las encuestas y no se ve, en lo que resta de la campaña, cómo lo vayan a bajar.
En general este segundo debate dejó sin duda mucho qué desear, me pareció más rígido que el segundo y sin la pasión de las réplicas y contrarréplicas que tuvo la primera interacción. A final de cuentas no cumplió con la alta expectativa que se generó y difícilmente alcanzará para mover las cosas.
Vázquez Mota, reitero, fue la mejor, pero su reacción es a destiempo, sólo la unión de la izquierda y la derecha pueden descarrilar al PRI, está comprobado como ocurrió en Puebla en 2010. El resurgimiento de Vázquez Mota salva a Peña Nieto y, si no, al tiempo, los números lo corroborarán.