En 1958, Ernest Hemingway escribió el "Verano sangriento", crónica de la temporada taurina española de ese año. El escritor norteamericano, nacido en Oak Park (1899), publicó su obra clásica por entregas en la revista "Life", convirtiéndose en un éxito.
La edición original consta de tres capítulos: el primero, "Rivalidad mortal"; el II, "La Arrogancia del demonio" y el III, "Una cita con el desastre".
Papá Hemingway quien primero fue conductor de ambulancias durante la Primera Guerra Mundial, llegando a España participó en la Guerra Civil y la Segunda Mundial como corresponsal, acumulando vivencias que luego vertió en sus relatos.
En España se enamoró de la "Fiesta Brava" que describió magistralmente en otro éxito de librerías "The sun also rices", "Fiesta" en español; durante todo ese verano se integró a la comitiva española de cuadrillas toreras que trasladándose en autos sedan, las furgonetas no existían, recorrieron toda la península ibérica durante esa temporada en que en un diario luchar, sin dar ni pedir cuartel, los matadores de época; Antonio Ordóñez, abuelo de los actuales Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez y con Luis Miguel Dominguín, convirtieron esas tardes de triunfo y gloria, en lo que, por la sangre derramada de ambos, Ernest llamó en sus relatos "El Verano Sangriento".
Este año la temporada aun no concluida se ha caracterizado por la cantidad de sangre derramada en los alberos, que si bien no ha sido mucha, debido a que de entre las lesiones traumáticas, predominan las fracturas y esguinces graves.
Encabeza la lista la fractura de vértebra Primera Lumbar, L1 con lesión y compresión de medula del banderillero Vicente Yangüez, bien conocido en el medio, donde goza de muy alta estima, como "El Chano”.
A quien el toro prácticamente le "ganó el terreno" arroyándolo de manera espectacular y en los múltiples arropones le provocó la irreversible lesión de medula que le deja parapléjico, parálisis de los dos miembros inferiores.
En la enfermería de la plaza de Ávila, el torero, consciente de la gravedad de la lesión expresaba: - "...en el momento del embroque el toro me acortó mucho y me arrolló por completo" y agregó, bien enterado de la lesión que llevaba: -"...Yo note que me había roto por dentro, me quedé sentado sin poder moverme. No sentía las piernas". Pese a las intervenciones quirúrgicas de alta especialidad a las que será sometido, el pronóstico continuará siendo grave.
Sigue en la lista en orden de gravedad la cornada de 25 centímetros de extensión del muslo derecho del novillero colombiano, Juan Viriato, en "Las Ventas" de Madrid, la severidad de la cornada ha levantado álgidos comentarios en relación al enorme trapío y gran tamaño de los toros-toros lidiados esa tarde como novillos, tal parece que dictando sentencia; "El que quiera, que pueda con ellos".
La luxación de la articulación del hombro derecho, con dislocación, salida de su lugar del hueso Húmero de Julián López "El Juli" le ha dejado fuera de muchos carteles y su reaparición temprana, desoyendo consejos y órdenes médicas de seguro le pasará factura grave a Julián, pero él, en actitud de "NO dejarse ganar la pelea" nos hace recordar la entrega absoluta de aquellos valientes que Hemingway siguió por miles de kilómetros y decenas de tardes en el verano del 59.
Otros heridos; Juan Ortega, novillero en la plaza Venteña, herida de 15 centímetros de extensión en región tibial derecha de pronóstico reservado.
De menor severidad, pero muy descapacitante, la lesión en pulgar de la mano derecha de José María Manzanares sufrida en Aranjuez y que no recibió los debidos cuidados. Y con más anterioridad, en Alicante, cornada, y lesión de la séptima vértebra cervical a Miguel Ángel Perera. Lesiones estas que si bien no son de gravedad, sí quitan a los toreros de muchos carteles y eso hace mucho daño en el ánimo.
De verdad que este ha sido un nuevo "Verano sangriento" y si de aquel surgieron verdaderos titanes del toreo; Dominguín y Ordóñez; de éste surge imponente un nuevo ciclón, "El Ciclón de Jerez" Juan José Padilla, quien de manera asombrosa se ha recuperado de la grave lesión sufrida el año anterior, pero sobre todo, anda como verdadero filibustero: ¡Al abordaje en cada actuación y sale a apoderarse de todos los trofeos. ¡Nuevo torero de época habemus!


El nuevo “Ciclón de Jérez”, Juan José Padilla. ¡Todo un pirata!