La Nueva Liga de futbol mexicano “MX” resultó la misma gata, nada más que revolcada. Las altas expectativas que registró la Liga de futbol mexicano en su nueva acepción no cambiaron en nada —por lo menos en la primera fecha de la jornada— la percepción mediocre y anodina que se tiene del balompié nacional.
Sólo falta echarle un vistazo a los partidos de futbol en la jornada inicial. Y como muestran lo gris y lo monótono de esta jornada primeriza de nuestro devaluado balompié en manos de los “magos” de la Nueva Liga “MX”, ese Decio de María es un mentiroso al igual que sus comparsas. En un partido somnoliento, el Pachuca y el Atlante empataron sin goles. Ni los Potros ni los Tuzos levantaron ámpula con sus nuevas adquisiciones. Por el contrario, ambos cuadros mostraron carencias en las ofensivas, falta de imaginación al ataque, así como unas delanteras muy chatas y sin pólvora.
La ausencia de claridad no es más que el fruto de la ausencia de una planeación, sin ninguna creatividad y de una forma de entrar a la cancha sin ningún argumento más que la vaga esperanza de clavar, como en un milagro, el balón en las redes apostándole al error del contrario.
Lo más conmovedor del encuentro fue el saludo tan glacial como el cotejo deportivo, entre dos “mini glorias” del balompié azteca: el exfutbolista y entrenador Ricardo Antonio Lavolpe, y el otrora “Niño de Oro” y “Pentapichichi” Hugo Sánchez, famoso por aquel penal que erró en cuartos de final condenando al almanaque de la pena ajena a la Selección Nacional en el siglo pasado.
De ahí en fuera todo fue de bostezo.
En el otro cotejo —del cual se esperaban maravillas— los Diablos Rojos del Toluca le sacaron una cómoda ventaja de dos tantos a uno a las Chivas “holandesas”, resultado que dejó mucho que desear porque el cotejo pareció más bien un partido canchero. Otros encuentros tampoco permitieron a la afición vivir la epopeya del futbol. Ni el empate entre Atlas 1-1 Pumas, ni el también bostezante Monterrey 0-0 América, Santos 2-1 San Luis, ni el cotejo entre Cruz Azul 0-0 Morelia, Querétaro 0-2 León, Tijuana 2-0 Puebla y Jaguares 0-4 Tigres.
Ni como truco de mercadotecnia ni como cambio de imagen, la nueva Liga de futbol mexicano respondió a las expectativas de sus promotores.
La moraleja es clara: la afición espera la entrega, la garra, la imaginación, los desenlaces cardiacos, la magia en el toque, la estrategia frente al pelotazo y al achique engañoso, la espectacularidad del toque y la definición precisa.

Pobre Puebla y pobre Daniel
El estratega Daniel Bartolotta es el menos culpable de contar con jugadores de medio pelo para abajo, y más de cuatro bultos o troncos. El orden de los factores no altera el producto.
La zaga poblana es un desastre porque ni el paraguayo Herminio Miranda Ovelar ni los nacionales dan respuesta mediata a la rapidez de los adversarios; una abuelita con muletas es más veloz y los delanteros son un fraude; la excepción es Gustavo Matías Alustiza. El argentino tira al cesto de los papeles la súper teoría de “la cancha sintética pesa de más”. El sudamericano corrió y murió en el intento pero necesita compañeros capaces que le den balones.
En la retaguardia Alexandro Álvarez sigue marcando diferencia. “El Mostro” evitó una goleada de escándalo en El Caliente. Y para acabarla de joder, el mejor jugador del Puebla —DaMarcus Beasley— se lesionó durante el duelo malogrado ante Xoloitzcuintles.
¡Qué Dios coja confesado a Daniel!

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