¿La oficina de enlace del área de Seguridad Pública y Procuración de Justicia hizo favor de enviar una aclaración?
¿Fue realmente la licenciada María Cristina Ortiz López la que firmó una misiva?
Se la presento tal cual.

La aclaración
“Me refiero a su columna del día de ayer y a la información falsa que publica. Las generalidades, desde luego, sirven de escudo a la imprecisión, por lo que agradeceré señale, si de elementos dispone, qué agentes, jefes de grupo y comandantes han sido implicados en la protección de las mafias del robo de hidrocarburos, del ‘narcomenudeo’, de asaltos en carreteras y de trata de personas.
”La Procuraduría General de Justicia del estado, cuando ha dispuesto de elementos para acreditar la probable responsabilidad de un servidor público en alguna conducta ilícita, ha procedido conforme a derecho y realizado las consignaciones correspondientes. A lo que no se presta es a la manipulación y servicio de otros intereses como los que en muchas ocasiones están detrás de las imputaciones falsas y dolosas que sirven a grupos de cuestionables intereses.
”En forma por demás falsa y absurda, da usted a conocer a sus lectores del arraigo de dos elementos de la PME (supongo Policía Ministerial del Estado) procedentes del Distrito Federal, adscritos a la Fiscalía General Regional, a cargo de Gustavo Luis Huerta Yedra, quienes supuestamente se encuentran sujetos a investigación tras ser descubiertos protegiendo una red de prostitución. Sería deseable verifique sus fuentes de información toda vez que lo que señala es absolutamente falso. Lo anterior, desde luego, si lo que busca es informar y no existe algún otro interés en la constante desinformación y falsedades que publica.
”Agradezco su atención y la publicación de la presente.
”María Cristina Ortiz López.
”Enlace de comunicación del área de Seguridad Pública y Procuración de Justicia.”

Hasta aquí la carta.

Con el mismo respeto
No es suficiente el espacio para detallarle casos que usted misma conoce —me refiero a la licenciada Cristina—, casos como el del jefe de grupo José Fabián Moreno Fernández de Lara, del que usted está conciente que existe un grave señalamiento en su contra, a grado tal que en su anterior aclaración no precisa más que el elemento sigue trabajando porque tiene un amparo que lo protege.
Usted me pide que mencione casos, como el del comandante Manuel Román, alias “El Pipucho”, que vivía en la parte alta de una casa de citas donde prostituían a menores de edad, misma que también protegía.
Regresando al jefe de grupo Fabián, ¿qué no fue su mismo director de la Policía Ministerial el que tuvo que ir a rescatarlo de la Comisaría de la Policía Federal, donde lo detuvieron por horas, tras ser acusado de extorsionar a un presunto ladrón de hidrocarburos?
Sé de antemano que lo que más le molestó fue lo de los agentes ministeriales bajo investigación por proteger el delito de la trata de personas, sobre todo porque su Procuraduría va al frente en el combate a este delito, pero le recuerdo que tanto las personas como las actitudes no son las mismas, “ustedes no están diseñados en su totalidad por el dedo del señor”, siempre hay un “judas”.
La información de los dos agentes sujetos a investigación fue proporcionada por las mismas afectadas. Perdóneme que no pueda decir sus nombres o su ubicación, usted misma sabe que en este tipo de casos la ley protege a las víctimas en su reserva. Le aclaró que en Puebla no se ha erradicado la trata de personas, nada más acuda a un bar, cantina o “botadero”, el que se le ocurra y se dará cuenta de lo que un servidor le dice.
Con lo que respecta al “narcomenudeo”, quisiera que me explicara ¿por qué a últimas fechas la Policía Ministerial no ha detenido a un solo “narcomenudista” y sí lo ha hecho la Municipal y la del Estado? Espero que no me diga que en Puebla no existe “narcomenudeo”, sobre todo en esta capital.
Le pido una disculpa si las quejas que se publican en este espacio le incomodan, sobre todo a sus colaboradores, pero es una página abierta para la ciudadanía, donde se pueden expresar quejas y denuncias, como las del mismo “narcomenudeo” o de quienes lo protegen.
Estoy abierto a todas sus críticas pero, le comento, con ese mismo respeto, que el tenor de esta columna va a seguir siendo el mismo.
Le reitero mis respetos.
Nos vemos cuando nos veamos.