Al banquillo de los acusados irán los gobernadores panistas, tras la debacle blanquiazul.
Ayer, sin decir “agua va”, la secretaria general del PAN y coordinadora de la Comisión de Evaluación y Mejora de ese partido, Cecilia Romero, afirmó que como parte del análisis de reflexión de Acción Nacional tras la derrota en los recientes comicios analizarán lo que dejaron de hacer los gobiernos panistas.
Puntualizó que será un elemento dentro del análisis que lleve a cabo la comisión lo que hicieron y dejaron de hacer los gobiernos panistas, “lo que hicieron o dejaron de hacer las campañas y sus candidatos, y lo que hicimos o dejamos de hacer en el partido.
”Por supuesto que sí se verá qué se hizo o se dejó de hacer en materia de medios de comunicación; la reforma sí, la reforma no, estas cuestiones nuevas que están surgiendo de manera importante en estos días también entrarán en la evaluación que hagamos.”
Más claro ni el agua.
Veremos si tienen las agallas para castigar a los responsables de la peor derrota electoral del panismo.
Sobre todo, cuando gobernadores como Moreno Valle jugaron “las contras”.
Vale pena reproducir lo que se publicó en este mismo espacio el pasado 5 de julio.

El escenario azul
Son varios los adictos al morenovallismo que aseguran que la debacle azul le abrirá una puerta al gobernador poblano para internarse en la cúpula nacional panista preparando el camino al 2018, donde aspira a ser el candidato presidencial.
Sin duda, la teoría no es del todo errónea porque ante la pérdida del poder federal los panistas necesitarán de ciertos apoyos financieros, los cuales pudiera aportar Moreno Valle. Sin embargo, la historia dice que ante las crisis políticas los panistas suelen pertrecharse para mantener sus cotos de poder hasta retomar sus fortalezas políticas.
En ese sentido, al gobernador poblano le puede afectar seriamente ser tachado como uno de los autores de las traiciones sufridas por el PAN en la elección pasada. Ante esa lógica, flaco favor le hacen al gobernador quienes aseguran que ganó todas sus posiciones, asegurando que cuando menos 10 de 12 candidatos a diputados del PRI ganaron gracias al apoyo y la operación de Rafael Moreno Valle.
Pareciera que quienes hace esa defensa quieren desnudarlo ante el partido que supuestamente lo llevará a competir por la próxima presidencia en 2018. No hay que olvidar que el gobernador quemó sus naves con el PRI y que el PRD tiene dos precandidatos presidenciales desde ahora. Es decir, que el único partido que lo puede hacer candidato en 2018 es el PAN.
El mismo partido que hoy lo tiene marcado con rojo, como uno de los causantes de la humillante derrota.
Me queda claro que a partir del lunes la capacidad política de Rafael Moreno Valle está a prueba, por lo que de su habilidad negociadora depende que su proyecto presidencialista crezca o se entierre.
Sólo el tiempo nos dará respuestas.

Esperaremos y diremos.