El gobernador Rafael Moreno Valle tiene casi todas sus esperanzas puestas en captar la inversión de la empresa alemana Audi, para el ensamble de la Q5, lo cual representaría una inversión millonaria para la entidad y oxígeno puro para su administración.
Pero cuentan que si Audi por alguna otra razón no pudiera venir a Puebla, los terrenos que tiene en posesión el gobierno del estado en la zona de Quecholac se utilizarían para la llegada de otra empresa automotriz, que ha mostrado interés por establecerse en Puebla. Se trata de Chrysler, con quien también el mandatario entró en tratos para captar una posible inversión de la ensambladora norteamericana.
Dicen que a eso se debió su visita a Detroit hace unos días, para entrar en contacto con el consejo de la armadora estadounidense y tener contemplada una inversión por parte del Chrysler Group LLC, el cual está conformado por marcas como Chrysler, Jeep, Dodge Ram Tucks, Mopar y Global Electric Motorcars.
Actualmente Chrysler está divida en dos partes: el Grupo Fiat posee un gran número de las acciones del Chrysler Group LLC, mientras que la otra parte, que es Daimler AG, está controlada por Cerberus Capital Managements.
Traer Audi a Puebla es una prioridad en la agenda y la decisión que se tomará en los próximos días es de vital importancia para la actual administración, la cual compite con Querétaro y con Guanajuato para atraer esta inversión. El nerviosismo del morenovallismo radica en que las últimas señales del actual gobierno federal que está por concluir su gestión, parecen favorecer a Guanajuato y que el presidente Calderón prefiere que los alemanes se vayan a Silao, de ahí el encabezado que hace unos días subió el periódico AM de León está dando por un hecho que la inversión europea se iba para aquella entidad, lo cual fue desmentido por los germanos.
Hiperactividad legislativa
Al que se le vio muy nervioso la semana pasada es al diputado local por Tepeaca, David Huerta, quien —platican— prepara una revuelta en contra de su líder parlamentario y presidente de la Junta de Coordinación Política, Edgar Salomón Escorza.
Dicen que Huerta anda inconforme y que sólo espera el regreso del diputado federal Ricardo Urzúa, quien concluye su labor en la Cámara de Diputados y se reincorporará al Congreso local, a la espera de que se den los movimientos necesarios para que se convierta en senador de la República. Urzúa es la carta de un grupo rebelde que se comienza a gestar al interior de la bancada del PRI, cuya cabeza visible es el diputado Huerta, pero ¡shtttt!… no se lo vaya a decir a nadie porque es un secreto.
Los motivos de Pepe
El empresario José Chedraui Budib sabe muy bien lo que quiere, es decir, ni pierde el piso ni mucho menos va a buscar confrontarse con los principales actores políticos de la entidad.
Aunque nuevo en política, Chedraui no tiene un pelo de tonto y sabe que la decisión sobre quién será el próximo candidato del PRI a la presidencia municipal de Puebla se tomará en la ciudad de México y en los más altos niveles. Entonces, ¿para qué confrontarse?
Consciente de esta realidad, lo que Chedraui se ha limitado a hacer en los últimos días, es seguir indicaciones del candidato ganador de la contienda presidencial, Enrique Peña Nieto, quien le encomendó a él —¡ojo, a él y no a la dirigencia del tricolor!— ir a diferentes puntos de la ciudad y de la entidad para agradecer el voto de los ciudadanos. La semana pasada, Chedraui comió con el diputado federal electo Enrique Doger Guerrero, uno de los más serios aspirantes a la candidatura para el próximo año y le dejó en claro estos conceptos que, sin duda, servirán para dispersar las dudas que algunos pudieran tener sobre el activismo del empresario.
Es más, cuentan fuentes bien informadas que Chedraui habría recibido una invitación para irse a trabajar a México el próximo año.
La otra apuesta del gobernador
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