En estos días presenciaremos dos eventos importantes, uno tiene que ver con este ciclo político-electoral que está por terminar, el otro es sobre el último informe de Felipe Calderón Hinojosa. Estos hechos han venido sucediendo en los últimos sexenios en nuestro país, sólo que ahora son otros actores, otros rostros, otros intereses, otras siglas partidarias y otras condiciones sociales, económicas y políticas.
No pasará de estos días de agosto, cuando los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, emitan su fallo definitivo sobre los resultados de los pasados comicios presidenciales, mismo que deberá ser legal y justo. No pueden emitir una resolución jurídica que conlleve a generar más dudas que certezas, tampoco tienen derecho a crear más incertidumbre y dudas sobre su actuar, tiene que ser pulcra, transparente y que garantice el respeto y aceptación de todos los involucrados.
Desde mi muy particular punto de vista, pienso que los magistrados no invalidarán las elecciones del pasado 1 de julio. Limpiarán hasta donde se pueda la elección y reconocerán el “triunfo legal” del candidato priista, Enrique Peña Nieto. No existe ningún antecedente electoral en México, que haya invalidado un proceso para elegir al presidente de la República. Nunca el país ha vivido una experiencia de comicios extraordinarios y de tener un presidente interino. El tribunal electoral, no se aventará ese “trompito a la uña”, mucho menos quieren los “héroes de nuestra democracia”. No es su guerra. Son demasiados los intereses que se juegan y están presentes. Por lo mismo dejarán que la democracia mexicana se reforme a sí misma y encuentre sus causes necesarios, para evitar que los actos denunciados no vuelvan a ser motivo de pugnas partidarias.
Si en el 2006 la reacción del movimiento que encabezo Andrés Manuel López Obrador, fue inmediata y sin mediar razonamiento político alguno, esta vez, las cosas son diferentes, su movimiento perdió un poco de fe, los partidos que lo apoyan andan en otro “rollo”. Los que se movilizarán, protestarán y cuestionarán la llamada “imposición” serán los del movimiento juvenil del #yosoy132 y otras organizaciones sociales aglutinadas en frentes y convenciones. Ellos no buscarán y defenderán el triunfo de López Obrador, cuestionarán con fuerza el regreso del PRI. Puede ser una batalla de posiciones y desgastante o como siempre se radicalizará, le meterá miedo a la sociedad y se desinflará en corto plazo.
Un elemento nuevo también aparece en la escena política, el PRI, este partido a diferencia de los torpes panistas, no se tentarán el corazón para actuar, tienen una larga experiencia en estos menesteres de lidiar con la oposición, son duros, conocedores de las tripas del poder político en México y saben como tratar a la oposición para que le baje de volumen a sus protestas. Lo que les sobra son “herramientas” y mañas para enfriar este tipo de conflictos. En su momento hasta los “exguerrilleros de la izquierda” y también los puros y castos panistas, les endulzaron el oído, les llenaron los bolsillos, les dieron viajes, placer y poder. Con el canto de las sirenas y la flauta encantada los llevaron de la mano, aprobaron todo y terminaron siendo parte del gobierno.
Para no ir tan lejos, apenas nombraron a Luis Miguel Barbosa Huerta, como coordinador de los senadores del PRD y antes de que cante el gallo, con un su protagonismo político, busca ser el hombre en los medios nacionales. Su expriismo le ganó y tal vez buscando ser oído por Peña Nieto, dijo que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) apostó hoy por el diálogo y que no tomará las tribunas del Congreso para obstruir los trabajos parlamentarios en la LXII Legislatura. La mesura política le valió un sorbete, lo mismo que las opiniones de AMLO, con quien se reunirán antes del primero de septiembre, ha sentenciado: “La toma de tribunas es una obstrucción legislativa que en ciertos momentos puede ser hasta parte de una estrategia. Pero esos comportamientos están perfectamente calificados por la sociedad como no correctos. Quien sabe que sucede entre la elite del PRD, porque Jesús Zambrano dice una cosa y Barbosa Huerta anda en otros acuerdos.
Total para eso están los “chamacos” del #yosoy132, dirán los jerarcas de la izquierda del PRD, ellos que hagan “desmadre”, —nosotros— mejor dialogamos y acordamos la instalación de las cámaras, el reparto de comisiones y puestos, todos tienen buenos presupuestos. “A partir del 1 de septiembre y en los próximos 3 años, con 100 diputados y 22 senadores, el mayor partido de izquierda en México le va a apostar al diálogo por encima de otras consideraciones”: Barbosa Huerta.
Así es esta vaina de cada seis años, así andan también los panistas, buscando espacios para sobrevivir, negociar para existir y reconocer para seguir jugando. Lo mismo que los partidos “chiquitos” (PT, MC, Panal, PVEM) nadie se quiere quedar atrás, todos quieren pactar, tener privilegios y los que ayer fueron senadores ahora serán diputados, todos quieren seguir dentro del poder.
¡Ah! la democracia, sólo es un bonito conjunto de diez letras que se oye muy bien, que todos los políticos la pronuncian correctamente, que además sirve para jugar en tiempos de elecciones y en donde sólo algunos salen beneficiados. Como el “niño verde” propietario del partido ecologista, el pobrecito se cansó de tanto “cotorreo” con sus “cuates” por las playas mexicanas y para no aburrirse más decidió regresar como senador, para pronto será el coordinador de ese partido en la máxima tribuna de la nación.
En fin, para terminar, tendremos que “chutarnos” el último informe de gobierno del actual presidente, Felipe Calderón Hinojosa, sus anuncios en televisión dicen más que mil palabras.
Terminó como llegó, nos dejará un país envuelto en la violencia entre los grupos del crimen organizado con las fuerzas del orden. Con más de 70 mil muertos en una guerra que nadie entendió. En donde el Ejército mexicano y la marina han tenido que entrarle por la fuerza y capacidad de fuego de los llamados cárteles de la droga.
En términos económicos terminaremos el año con sólo un 3 por ciento de crecimiento del Producto Interno Bruto, ¿cuánto crecimos? Muy poquito, casi nada. Detuvimos nuestro desarrollo y las condiciones económicas empeoraron para la mayoría de los mexicanos.
Desarrollo social, nada, la pobreza sigue presente en miles de comunidades del país, lo mismo que la marginación social en la ciudades, los programas sociales siguieron la misma ruta del asistencialismo y no lograron disminuir la desigualdad en México.
Desempleo, pobreza, marginación y el reparto injusto de la riqueza siguen siendo grandes problemas entre nosotros, asuntos que nunca fueron resueltos.
Instituciones lastimadas, abusos y corrupción también fueron síntomas graves durante este gobierno. No desmantelaron por miedo al viejo régimen político y sus corporaciones sindicales siguieron actuando. Este gobierno logró pequeños avances, pero no resolvió los problemas estructurales. Simplemente fracasaron, no pudieron gobernar, los más afectados como siempre han sido los que menos tienen, los niños, las mujeres y los jóvenes en nuestro país.
Este fin de semana muy discretamente, los priistas, celebrarán su triunfo, no generaran olas para no dañar a la oposición y demás grupos sociales, pero por supuesto que brindarán por su regreso a Los Pinos. Pero una inmensa mayoría de los mexicanos, nada tendremos que celebrar, el país de nueva cuenta lo han dejado en situaciones graves y lamentables, quienes nos gobernaron. No es justo.