Definitivamente, éste mundo, el mundo de "Si, a los toros" es un mundo que pertenece a los jóvenes. El triunfo de la nueva generación de matadores, los del recambio y nueva camada, como fue el caso de Mario Aguilar en San Luis Potosí, viernes pasado y de Arturo Saldivar en la misma plaza, día siguiente, el primero a un toro muy jarifo, con mucha presencia, de la divisa verde y rojo de "Xaxay", al que Mario desorejó y el segundo a otro del ganadero Alberto Bailleres, procedente de "Begoña" con los colores verde y oro en su divisa al que el bisoño Saldivar le tumbó las dos peludas.
Ambos, junto con Octavio García "El Payo", también con recientes triunfos se vienen consolidando como realidades de nuestra nueva baraja taurina; Octavio, saliendo y recuperándose del tremendo trauma ocasionado por el desliz sufrido en la pasada feria Venteña. "El Payo" está bien consiente de la severidad del tropezón, por ello, sale hoy en las plazas con una entrega desmedida que se apoya en su enorme valor.
Y Mario Aguilar es otro caso en espera de treparse a la cumbre de nuestra tauromaquia. Tiene el divino don del temple y la prestancia del toreó de mano baja y muy despacioso.
De hecho, de los momentos triunfales del pasado fin de semana, lo más valioso en términos de temple, y toreó de arte, fue lo realizado por Mario, su toreo se cuece aparte.
De esta generación de triunfadores que cada vez se consolida, él aguascalestence está en la puerta de espera de un triunfo grande que le consagre en definitivo, tal como ocurrió en su etapa de novillero, con una tarde en la gran México, con corte de cuatro orejas.
Ahora en San Luis, Mario ha tenido en su paladar las mieles del triunfo, y este gusto le ha de tener con una mentalidad fija en su consagración. Por su parte, Saldivar, ha dado un nuevo campanazo en la misma plaza de El Paseo de San Luis.
Comentario aparte, y a propósito del temple y la calicatencia para hacer las cosas, con carisma y exceso de "echarle tipo y estilo", mucho aprecio, merecen el Picador de Toros, Ignacio Meléndez y su matador Arturo Macías, quien salió con tres peludas en su espuerta, pero antes brindó la muerte de su segundo al bien querido "Nacho" y después del corte de la tercera oreja, le convidó a dar la vuelta al ruedo para que recibiera el aplauso y cariño de sus paisanos potosinos, espontaneo homenaje y reconocimiento a su triunfo en "Las Ventas" lo mejor, hablando de temple, vino cuando al alimón, torero y picador con sendas botas, de las de "tres zetas", juntos bebieron el tinto, con una despaciosidad de envidia y antojó.
Otra noticia que nos llena de beneplácito, es la dada a conocer por los empresarios Arroyo de la plaza del sur de la capital, quienes mejor han decidido apostar por los chavales que quieren ser toreros, en vez de seguir dando inútiles oportunidades, permitiendo actuaciones de "novillerieternos", algunos de ellos con historia curricular de hasta 4 y 5 años de presentarse en esa plaza, considerada un "aparador" ante los ojos de la prensa taurina capitalina; es decir, cada año es lo mismo, se acercan a ese empresario pidiendo una "oportunidad", misma que han recibido en no pocas ocasiones y de cuya actuación no deriva ni pasa nada, o mejor dicho: Si pasa, lo único que pasa son los años y el futuro taurino de estos eternos novilleros no muestra nada claro.
Por ello, los señores Arroyo han decidido para este año dividir a los chavales en dos grupos; los menores de 14 años y los que andan entre los 14 y los 17 años de edad, léase claramente: "entre catorce y diez y siete años de edad", no de tiempo transcurrido de novilleros y en espera de una oportunidad.
El atractivo de la temporada se incrementa con el sistema de eliminación de los actuantes, para ir dejando a los finalistas de cada grupo de edad, para al final acartelar a los triunfadores, éste mecanismo asegura el surgimiento de nuevos y valiosos prospectos. La idea suena bien, y afirma lo dicho arriba: ¡Sí a los toros! Y sobre todo: ¡Sí, toros a los jóvenes!
"Sí a los toros y Sí, toros a los jóvenes"
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