El rumor ya es fuerte, muchos dicen que la ruptura es más que inminente y que el propio secretario de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, tomó su decisión. En un mes, a más tardar, solicitará licencia para separarse de su cargo y lanzarse a fondo en la lucha por obtener la candidatura del PAN a la presidencia municipal de Puebla, si no la logra, entonces dirá adiós y se dedicará a sus negocios familiares.
Reitero, son muchas las voces que hablan de ese tema, de las constantes fricciones entre Manzanilla y Moreno Valle, situación que tiene al borde del colapso una relación que tiene más de 20 años de sostenerse en las buenas y en las malas. Manzanilla ha sido el pilar de esta administración, el único que ha buscado construir puentes de comunicación con todos los actores políticos y sociales, una verdadera “mano derecha”, una verdadera mano blanda dispuesta a buscar lo mejor para la administración estatal.
No obstante, al parecer esto y su intención de convertirse en candidato del PAN a la alcaldía ha provocado los malos entendidos y el distanciamiento entre el inquilino de Casa Puebla y su principal operador. La semana pasada platiqué sobre algunas señales encontradas que parecían dejar en claro la supuesta distancia e insisto, supuesta distancia que se ha presentado entre ambos personajes.
El tema de los límites territoriales en donde el gobernador dinamitó el acuerdo al que Manzanilla había llegado con El Yunque y su jefe estatal, el alcalde Eduardo Rivera, por la pugna del territorio conocido como Angelópolis.
Ahora se habla también de que previo a la ruptura con El Yunque y la operación política para cambiar la Ley Electoral, Manzanilla tuvo un encuentro con militantes del albiazul en Las Ánimas, del cual dio cuenta el periodista Rodolfo Ruiz, en el cual el secretario de Gobierno habló de ir a una interna con cualquier otro aspirante, lo que puso más que colérico al irritable mandatario, ya que por ningún motivo Moreno Valle permitirá interna en el PAN.
Otro punto que llama la atención y que supuestamente confirmaría la lejanía entre el gobernador y su secretario general sería el hecho de que cuentan que fue el titular de la SEP, Luis Maldonado Venegas, quien tomó el control de la organización de los festejos del 15 de septiembre y quien se encargó de conciliar intereses con el alcalde Rivera para los actos cívicos en el zócalo.
Yo no sé si sea verdad o sean mentira estos rumores, pero es lo que se dice y se cuenta.
Lo que sí es un hecho, es que uno de los más afectados por el encontronazo entre El Yunque y el gobernador es precisamente el secretario general de Gobierno, que ahora tendrá un obstáculo más que sortear en el camino hacia la candidatura a la presidencia municipal de Puebla.
Ahora la figura del titular de la Secotrade, Pablo Rodríguez Regordosa, emerge como el personaje más fuerte del morenovallismo, ya que como lo explique ayer, si gana Pablo será un triunfo del gobernador y si pierde será una derrota para la ultraderecha y su príncipe.

Sobre la operación del albazo
Lo ocurrido el pasado lunes en el Congreso local no fue la consecuencia de una crisis parlamentaria. La manifestación (lo visible, vaya) se localizó en el Poder Legislativo, pero su origen se gestó fuera de ahí.
La crisis tampoco puede ser considerada únicamente como partidista. El PAN es la institución más afectada, cierto, pero las causas son más profundas y complejas; recorrió a lo largo y ancho de este instituto político, lo mismo se vieron involucrados el Comité Directivo Estatal, el consejo estatal, la bancada panista en el Congreso local, el Comité Ejecutivo Nacional y su presidente mismo. En el PAN todos perdieron y lo roto el día lunes difícilmente sanará.
Sin embargo, esta crisis no es una crisis de partido, se trata de la mayor crisis de política interna que se ha vivido en la actual administración. Sin duda, habrá un antes y un después en la política de este sexenio. Se trata de una colisión que todos veían venir y que debió haber sido prevenida por alguien cuyo pecado es el de omisión.
Signos de aviso hubieron suficientes, cierto es también que la respuesta a la crisis se operó de manera urgente y eficiente desde el jueves en la oficina misma de Fernando Manzanilla. Ahí mismo se recabaron las firmas de los lideres panistas para el desplegado. Cierto es también que, el subsecretario Enrique Quiroz operó la solución jurídica para la reforma electoral (el mismo que hace un año tuvo la brillante idea de “sugerir” se empataran las cartas de valores catastrales de los municipios de Puebla y San Andrés)
También hay que señalar que fue René Meza, titular de la Unidad de Enlace Legislativo, quien se encargó de citar uno por uno a la totalidad de los legisladores para explicarles lo que habría de ocurrir y que finalmente se tradujo en un muy mal “albazo” legislativo.