Varios factores se conjugan para complicar una posible victoria del PRI en el próximo proceso electoral de 2013.
El priismo si bien ganó la Presidencia de la República, en Puebla enfrenta una serie de circunstancias provocadas por su derrota electoral de 2010, lo que hace muy difícil que entren a la contienda electoral unidos y fuertes, para librar una batalla contra el morenovallismo.
Los grupos políticos que se conformaron luego de la derrota, en eterna pugna, hacen imposible vislumbrar una candidatura que pueda pelear de tú a tú con los candidatos del gobernador, pero sobre todo con la serie de obstáculos que ellos mismos avalaron desde el Congreso con la Reforma Electoral y la redistritación.
Sus candidatos más competitivos, el rector Agüera y el diputado federal Enrique Doger Guerrero, enfrentan una serie de circunstancias que complican sus respectivas nominaciones. El académico está sujeto a lo que ocurra con los candidatos del gobernador y al arreglo que este pueda hacer con El Yunque. Si hay ruptura sus posibilidades crecen, si el mandatario se arregla, disminuyen; Agüera no irá a una contienda en donde tenga que enfrentar al gobernador, no tiene ninguna necesidad.
Enrique Doger Guerrero puede ser el candidato natural del tricolor y sus logros hablan por sí mismos, no obstante enfrenta una serie de adversarios internos que pueden bloquear su postulación y hasta hundir su candidatura en caso de que logre concretarla.
Doger es visto con recelo al interior del PRI poblano, ya que si llega a ganar la candidatura y luego la presidencia municipal se convertiría en automático en uno de los más fuertes aspirantes a suceder al “minigobernador” de un año y 9 meses. Los blanquistas, los zavalistas, los marinistas y los demás “ismos” que existan dentro del tricolor no verían con agrado que el exrector se hiciera de la candidatura, la mezquindad los invadiría, por lo que el gran reto para Doger en los días por venir es construir todo lo que alguna vez destruyó. Trabajar al interior de su partido y mostrarse como ese político maduro y conciliador que pueda transformarse en una esperanza para el priismo poblano.
Aún saliendo cohesionados y fortalecidos bajo cualquiera de los tres aspirantes con posibilidades reales, Agüera, Doger o José Chedraui Budib, el PRI no la tendrá nada fácil en Puebla capital. La Ley Electoral fue hecha a modo para permitir las coaliciones, principalmente para impulsar al partido estatal Compromiso por Puebla, propiedad del gobernador del estado.
La redistritación también esta hecha a modo para que Acción Nacional o la coalición de partidos que abanderé el candidato del morenovallismo se alcen con el triunfo, el PRI sólo podría competir en dos distritos de los siete que integran la capital del estado, lo que dificulta completamente un triunfo en la presidencia municipal de Puebla. Por si fuera poco no existe una dirigencia estatal fuerte para solventar una campaña de verdadera oposición al morenovallismo y que impulse al candidato a la alcaldía. Quien obtenga la candidatura del PRI a la presidencia municipal de Puebla tendrá muchas barreras que sortear y no será nada fácil el obtener el triunfo.
La ecuación perfecta para el PRI es que el gobernador se peleé con el panismo “duro”, que no haya coalición para 2013 y que ellos salgan de la elección de su candidato a la gubernatura unidos y con un hombre que realmente pueda sumar a todas las tribus que surgieron luego de la derrota electoral de 2010.
Parece mucho pedir, pero quién sabe, en una de ésas quizá se les alineen los astros.