Los más recientes estudios de opinión en la lucha, primero por las candidaturas a la alcaldía de Puebla y luego por las diputaciones locales, comienzan a arrojar resultados muy interesantes rumbo al 2013. Sólo por esta ocasión solicito reservarme el nombre de la empresa que realizó el estudio, pero es una de las más serias de Puebla.
De entrada, dentro de los candidatos del gobernador, la mejor carta sería Amy Camacho, la cual —se dice— fue bajada de la contienda, además de que realmente mostró poco interés por querer participar activamente en política. Los números de Amy son realmente interesantes, la dueña del parque zoológico Africam Safari aventaja a cualquiera en conocimiento, confianza e intención de voto.
Otro punto interesante es que de los cuatros nombres que aún se manejan como cartas dentro del morenovallismo todos están prácticamente empatados. El despliegue mediático en torno a personajes como Fernando Manzanilla Prieto y Jorge Aguilar Chedraui no ha servido para nada, están al mismo nivel del secretario de Infraestructura Antonio Gali y del coordinador de los diputados locales del PAN, Mario Riestra Piña.
Con la salvedad de que Gali Fayad recién entró a escena y Riestra Piña no ha gastado ni una décima parte de lo que han invertido los dos primeros. En conocimiento puntea Aguilar Chedraui, pero tampoco es mucho lo que aventaja, tan sólo 3 puntos de los otros tres aspirantes y en confianza e intención de voto están prácticamente empatados.
Hay que señalar que el estudio se realizó antes de que Fernando Manzanilla Prieto lanzará su campaña de posicionamiento a través de la entrevista que le realizó la revista 360 Grados, con espectaculares por todo Puebla.
Por parte del grupo opositor dentro del panismo al gobernador no hay nada que decir, como lo mencioné en la anterior entrega, sus candidatos están prácticamente muertos, con una Ana Teresa Aranda como la mejor carta a la alcaldía, seguida de Humberto Aguilar Coronado, Myriam Arabián en un muy lejano tercer lugar y Francisco Rodríguez Álvarez, el presidente del CCE, en un lejanísimo cuarto lugar con sólo 2 por ciento de conocimiento.
Del PRI les contaré mañana, para que también tengan una idea de lo interesante que está la contienda.

Serpientes y escaleras
Cuentan que quien pagó los “platos rotos” por la presencia del alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, en el balcón del palacio municipal en la ceremonia del día del Grito de Independencia fue el secretario de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto.
Platican que ciertamente el rostro desencajado del gobernador, el cual se pudo apreciar en la ceremonia del Grito obedeció a la presencia de Rivera Pérez en el balcón y es que —cuentan— fue culpa de Manzanilla quien no logró persuadir al edil capitalino de que no apareciera en escena. Dicen los que vieron lo ocurrido detrás de cámaras que el gobernador echaba espuma por la boca y que regañó de tal modo a Manzanilla, que llevan más de 48 horas sin intercambiar un pin por la BB.
Aseguran que en camino a Los Fuertes, el gobernador sólo atinó a decir: “Y así quiere ser presidente municipal”.
En contraste, al que le tocará una escalera en los próximos días es al diputado federal por Puebla, el chiapaneco Néstor Gordillo, quien por obra y gracia de su patrón, el gobernador, se convertirá en secretario de la Comisión de Presupuesto, lo que le garantizará al mandatario poblano tener asegurado alguien que le pueda cabildear recursos.
Cuentan los enterados que fue el propio gobernador, quien amarró esta posición para su muchacho, el chipaneco Gordillo, al reunirse con Luis Alberto Villarreal, coordinador de los diputados de Acción Nacional en San Lázaro, ¿A cambio de qué? Dicen que de obra, asesorías y muchas otras cosas, favor con favor se paga.
Tremenda golpiza mediática se llevó al gobernador del estado, Rafael Moreno Valle a nivel nacional en medios como Proceso, SPS Noticias de Federico Arreola, Reforma y “Astillero” de La Jornada.
Ni hablar, al gobernador le fue peor que Julio César Chávez Jr. en su pelea con “El Maravilla” Martínez; lo dicho, a Moreno Valle se le comienzan a descomponer las cosas.
Al que definitivamente su dueño mejor le debería de poner un bozal es al diputado local del PRI Gerardo Mejía, mejor conocido en el mundo de las cañerías como “El Plomerito”.
Y es que Mejía no toca la flauta porque aún no la encuentra, bien haría su dueño en amarrar a su perro, no sea que en una de esas por culpa de su fontanero se vaya a meter en problemas.