El rey Topaxtlycutli (“El Carnal”) se había revelado contra Purochoro (“El que Puja” o “el que es como Pez Lagarto”). Tepaxtlycutli le había quemado las tepalcuanas a Purochoro en una contienda por el poder. Los dos habían reinado en Aztlán, aunque en diferentes épocas. El primero en regir el destino y el adoctrinamiento de los macehuales aztlanecas fue Purochoro (del año 1 Amarillo al 6 Pelas del calendario tribal).
Su reinado estuvo plagado de mentiras y manejos oscuros. Para prolongar su estancia en el poder se alió a una gran número de tribus salvajes que acomodó en su corte. En esa época, Topaxtlycutli (“El Carnal”) era prácticamente desconocido para la mayoría de los mexicas, sin embargo gracias a su poder de mimetismo Topaxtlycutli había logrado colarse entre los allegados a Purochoro.
En un intento por llegar a gobernar a todos los mexicas, Purochoro se tuvo que enfrentar a Kaldecuti (“El que odia la Yerba Verde”). Kaldecuti le partió el queso a Purochoro en una contienda bastante pareja, sin embargo la neurosis galopante que padecía Purochoro no le permitió aceptar con honor su derrota y le hizo la vida imposible a su vencedor utilizando las artimañas oscuras de sus tribus paleolíticas que tenían como general al nefasto Noroñocotlixki, un verdadero psicópata manipulador.
Al terminar el reinado de Kaldecuti (“El que odia la Yerba Verde”), Purochoro vio la oportunidad de su vida para hacer realidad su sueño guajiro de gobernar a todos los mexicas, pero se la pellizcó: Peñacutli (“El engominado” o “el que No Lee”) fue elegido nuevo rey de la mexicaniza. Se cuenta que Purochoro consultó en Catemaco al brujo mayor, para saber si algún día se hará realidad su sueño y que el brujo le dijo: “lo tuyo, lo tuyo, espurio cuento”.