Son aires de cambio, tanto panistas como perredistas están a días de definir el rumbo que tomarán sus respectivas dirigencias.
Sin embargo, los papeles se han invertido y el Señor de los Cerros está inquieto por la sucesión de estos partidos.
Veamos.
Por años, el perredismo se caracterizó por las constantes pugnas entre las tribus por hacerse del control de la dirigencia estatal y, por ende, de las prerrogativas. Ahora las cosas pintan distinto; en el PRD se respira un aire de unidad y reconciliación.
Tras el anuncio de Andrés Manuel López Obrador de separarse de los partidos del Movimiento Progresista y enfocarse en Morena, a “Los Chuchos” les quedó claro que es hora de pactar con las distintas tribus para conformar un partido fuerte.
En Puebla, la candidatura de Socorro Quezada toma forma para que sea la próxima líder del PRD; no obstante, para el 6 de octubre, fecha en la que se debe elegir un dirigente interino —que permanecerá cerca de dos meses— se presume que Quezada Tiempo no vaya. Y no descarte que se nombre un comité interino, para dejar que pasen los casi 60 días y que la candidatura de Socorro Quezada cuaje; por cierto, Socorro Quezada es gente de Luis Miguel Barbosa. Y así, la economista por la UAP tomaría las riendas del PRD por 3 años con todo el respaldo de las distintas tribus, incluida la de Jorge Méndez.
Cabe recordar que el pasado fin de semana aplastaron a los consejeros morenovallistas, y elegir a Socorro Quezada por dos meses sería darle la oportunidad a éstos para reagruparse y que tomen el control del Sol Azteca de nuevo.
En el caso del PAN la cosa está caliente. El golpeteo al interior del partido —que creció en los últimos años—, aunado a la falta de acuerdos, pasará la factura al Señor de los Cerros.
En el CEN no están dispuestos a tolerar más desaguisados y darán un manotazo para poner punto final a las pugnas internas. De ahí que cobra fuerza la tesis de que será un delegado, designado por la cúpula panista, el que tome las riendas rumbo al proceso electoral del 2013.

Balconean al Congreso
Ayer el presidente de la Conapred, Ricardo Bucio, exhibió la lentitud de los diputados para aprobar la Ley contra la Discriminación, misma que fue presentada el pasado 15 de marzo durante el primer período ordinario de sesiones, contrario a las reformas a las leyes Electoral y de Proyectos de Participación Social que pasaron en tiempo récord.
La iniciativa contra la discriminación permanece en la congeladora, ya que no es una prioridad para el habitante de Casa Puebla. Hasta parece que es una reforma secundaria.
Ante la exhibición que hizo Bucio, los diputados en su defensa argumentaron que la iniciativa de ley se encuentra en la Comisión de Gobernación para su estudio.
Quién lo diría, a principios de mes, los diputados en menos de cuatro horas aprobaron la malograda Ley Electoral. Y una iniciativa que es una prioridad para los poblanos lleva más de seis meses en la congeladora.
Así se las gastan nuestros legisladores.