¿En qué consiste la política de Comunicación Social del gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas?
¿Cuáles son sus objetivos? ¿Cuáles son sus metas? ¿En qué gastan? ¿En promoción personal de una figura o en posicionar al estado? ¿O acaso, el Estado soy Yo? Todas son preguntas y conste que en ese tono es como deben de leerse.
Y es que lo que se observa es una ausencia total de una política de comunicación desde el inicio de este sexenio, en donde la constante es tratar a unos medios como aliados y a otros como perros. Bloqueos informativos, impedir a los funcionarios acudir a medios incómodos, etiquetar a unos como buenos y a otros como malos, simple y sencillamente no les ha funcionado. En la desesperación hoy se recurre a la intimidación como medio para tratar de acallar las voces disidentes. Eso no puede ser una política de comunicación social.
En esta serie de desaciertos, la cereza del pastel la constituyó filtrar una supuesta lista de periodistas que serían demandados por daño moral, lo cual ha colocado al gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas en la peor crisis de la aún joven administración. Seguramente los autores del plan no midieron las consecuencias que su “broma” iba traer para la figura del gobernador de Puebla, el cual ahora es visto a nivel nacional como un personaje represor e intolerante.
Basta leer diversos portales y columnas de medios como El Economista y La Verdad del Sureste, sólo por citar algunos, para darse cuenta de cómo es visto ahora a nivel nacional el titular del Ejecutivo en Puebla.
Si fue “estrategia”, si fue “broma”, si fue una “cortina de humo”, qué mal les salió la jugada porque ahora el boomerang se les ha regresado y vaya de qué forma. Después de todo, la física nunca se equivoca: a toda acción corresponde una reacción, pero una más: todo cae por su propio peso, lo que ha traído a una velocidad constante para todos los cuerpos; la diferencia es la masa.

La SEP es punto y aparte
Resultados es lo que caracteriza a Luis Maldonado Venegas desde que llegó a Puebla para hacerse cargo de la Secretaría de Educación Pública en el estado.
La presencia ayer de José Ángel Córdoba Villalobos, titular de la SEP federal confirma el liderazgo que Maldonado tiene entre el sector educativo del país y la ascendencia que Puebla tiene en el plano nacional. El trabajo de la SEP y de Luis Maldonado Venegas es un ejemplo de que no todo lo que hace esta administración es malo y que también se sabe reconocer lo que se hace bien.
Tal vez sea premonición, pero tal vez no sea casualidad, el hecho de que Córdoba Villalobos haya escogido Puebla para dar casi por cerradas las actividades de la SEP y despedirse de la función pública federal. Tal vez se vino a poner de acuerdo con quien podría ser su relevo.

Las del estribo
Sobre la salida de Fernando Manzanilla de la Secretaría General de Gobierno, programada para el 15 de noviembre o a finales de mes, una fuente bien informada me comentó que tal vez el destino del funcionario estatal sea el estado de Morelos.
De acuerdo con esta fuente, Manzanilla se irá a trabajar al gobierno de Graco Ramírez, un apéndice del morenovallismo que supuestamente es de izquierda y que cobra como gobernador de Morelos. Ése, se dice, será el destino final de Manzanilla quien tiene muy buenas relaciones en el vecino estado desde los tiempos en que apoyó a Juan Salgado Brito, priista a pelear el gobierno de aquella entidad hace varios años. Otra más: en breve usted verá más de 75 mil microperforados invadir las calles de Puebla a través de igual número de autos.
Se trata de 75 mil piezas que se mandaron a hacer con el logotipo de la que fue la coalición que llevó al gobernador del estado al triunfo el pasado 4 de julio y el nombre de su partido político estatal, Compromiso por Puebla.
Si la campaña ya comenzó, luego le digo quién los está imprimiendo y quién los mandó a imprimir.