Para todos los que gustamos de buscar señales para tratar de identificar qué quiere el futuro presidente de México, Enrique Peña Nieto, para Puebla en el 2013.
Ahí les van tres momentos que serán determinantes para saber si en realidad le importa al futuro presidente de este país lo que va ocurrir en Puebla o no. El primer momento es el tan anunciado relevo en la dirigencia estatal del PRI, cuyo plazo para llevarse a cabo se agota y Fernando Morales Martínez se mantiene como el dirigente estatal de este partido, el cual se encuentra de rodillas ante el gobernador Moreno Valle.
El cambio de dirigencia es clave para entender si el PRI dejará atrás los tempos de la abyección y el colaboracionismo, o si de verdad ahora cambiará y asumirá el rol de oposición a un gobierno emanado a unas siglas diferentes a las suyas y que va por mantenerse en el poder 18 años más y apoyar desde Puebla las ambiciones de su líder, el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas. El personaje que asuma la dirigencia estatal del PRI será en sí un mensaje para saber que es lo que quiere el presidente del tricolor poblano y si habrá o no una lucha por el poder para 2013.
Un segundo momento vendrá cuando se designe a los titulares de las delegaciones federales que operarán en Puebla. Se estima que a mediados de febrero se den los primeros cambios en las delegaciones y los personajes que arriben a estos puestos serán clave para identificar hacía donde van a ir las cosas y la relación con el gobierno del estado. Si, como algunos dicen, el gobernador logra conservar a algunos personajes ligados a su grupo político, entonces que el PRI se olvide de pelear algo en 2013.
En caso contrario, si el gobernador sólo objeta pero no veta y arriban a la entidad personajes conocidos por ser buenos operadores políticos, aunque no necesariamente sean de Puebla, entonces habrá competencia real y las cosas podrían estar parejas entre ambos bandos.
Una tercera señala, es si José Chedraui Budib se convierte en el candidato del PRI a la presidencia municipal de Puebla, lo cual ya puso nerviosos a muchos, principalmente al morenovallismo y sus aliados.
Si el PRI elige ir con José Chedraui Budib como candidato, será una señal más de que Enrique Peña Nieto esta dispuesto a pelear con todo la plaza y comenzar desde ahí a recuperar diversos espacios para su partido en vísperas a la elección federal intermedia del 2015. De ahí que la posible postulación de su amigo, el empresario Chedraui Budib, le haya puesto los pelos de punta al morenovallismo a uno que otro priista agachón y abyecto que por supuesto que no quiere que cambie el estatus quo vigente en Puebla.
Si Peña envía a Chedraui como candidato sin duda habrá quien diga que se trata de una imposición y del regreso del viejo PRI, pero lo sustancial es que si el empresario es el abanderado priista no estará solo y traerá consigo todo el apoyo federal, lo cual emparejará la cancha y eso miren si preocupa al todopoderoso morenovallismo, que sabe que una derrota en 2013 echará por la borda el proyecto de 2018.
Eso sí, el morenovallismo contará con la coalición la cual se conformó en Baja California, entre PAN y PRD, lo cual no es asunto menor y sentaría las bases para un gran acuerdo nacional rumbo al 2015 y luego el 2018 llevando como su líder al gobernador de Puebla.
Esas son las tres señales a las cuales no hay que perder de vista y que le darán forma al 2013 y más allá porque —como lo dije— lo que estará en juego en esa elección no sólo la presidencia municipal de cuatro años 8 meses, sino la sucesión en Puebla y el proyecto 2018 de su inquilino.