No hay de otra, a don Juan Luis Galán Ruiz le quedó bastante grande el zapato de la Dirección de la Policía Ministerial del Estado (PME), quien lo invitó a que tomara las riendas de una corporación de investigadores, no tomó en cuenta su verdadera inexperiencia en liderazgo y lo que es más grave, creó un “monstruo” con iniciativa, que ha dejado una deserción en la corporación de un poco más del 50 por ciento.
Lo que aquí le comentó viene a colación de una orden que el criminólogo dio a sus elementos vía radio de comunicación el viernes 16 de noviembre y que provocó un malestar general de la corporación que llegó a este espacio.
Don Luis Galán giró instrucciones de que todos los elementos, salvo los de guardia, tomaran ese viernes como día de descanso y lo pagaran el día lunes.
Les ordenó descansaran el día más importante en el comercio, por formar parte del ciclo de ventas El Buen Fin, cuando un numeroso grupo de poblanos salió a la calle con parte de su aguinaldo para realizar operaciones comerciales, cuando se suponía que se debería de redoblar la vigilancia para evitar asaltos, ese día les dijo “orgulloso” a todos que descansaran.
Luego les dijo u ordenó que ese día lo deberían reponer el lunes 19 de noviembre, un día —similar a un domingo— destinado a descanso por las festividades de la Revolución mexicana, que se recorrieron para que el martes 20 fuera un día normal.
No faltó quien criticó a su jefe por falta de criterio, criterio que dicen no utiliza en ninguna de sus indicaciones.
Otro ejemplo fue el día de la explosión de la gasera en Xalmimilulco, donde envió a diez unidades con efectivos a que estuvieran “pendientes”, y no fue sino pasadas las 18:00 horas —se acordó donde los dejó— que ordenó que todos se concentraran, ¿a que los envió?
Más ejemplos son cuando ocurre algún asalto a cuentahabiente y su jefe materialmente pierde la cabeza mandando indicaciones vía radio, nadie de quienes lo han escuchado puede decir que se trata de un “estratega” para combatir el crimen.
Sin duda alguna, el director de la PME no ha pasado por alguna prueba de “fuego”, como el enfrentamiento que la Ministerial tuvo con el cártel de los Beltrán Leyva, o cuando las agresiones a las comandancias de Atlixco y de la Sierra Norte del estado, o cuando en Córdoba el crimen organizado secuestró a un agente del grupo de vehículos que días después apareció muerto.

De la negligencia a los corajes
Tal vez el hecho de que el director de la PME no tenga muchas tablas en lo que hace al manejo del personal o en situaciones de crisis lo ha llevado a emprender una especie de venganza contra comandantes, a quienes trata con la punta del pie y a quienes les carga el trabajo.
Cuando un comandante termina sus 24 horas de guardia no puede retirarse a descansar, es obligado a incorporarse a la vigilancia en los bancos, le ordenan que con todo y vehículo se pare frente a una de estas instituciones y al cumplirse una vigilancia que llega ser hasta de las 18 horas reciben la orden de retirarse a sus “labores normales”, tal vez éste sea el motivo de que el grueso del personal haya decidido no solicitar promoción a comandantes.
De hecho hay chistes negros donde se maneja la figura del director Galán Ruiz, a quien su personal sólo conoce por voz en radio, incluso lo han grabado porque al señor jamás se le ha ocurrido reunirse con su personal para aclarar puntos, explicarles cual es su idea de trabajo y de escuchar opiniones.
De hecho, mucho de este personal inconforme responsabiliza moralmente a Galán Ruiz, de que el comandante Jesús Tlapanco haya muerto como consecuencia de un infarto.
El finado había solicitado de manera verbal a su jefe que lo cambiara de adscripción, le dijo que se sentía mal y no le hizo caso, luego le pidió el cambio por escrito y lo ignoró, finamente Tlapanco murió por enfermedad en el corazón y lo único que ganó fue un reconocimiento “pobre” donde al director se le olvidó la trayectoria de Jesús Tlapanco, además de que su foto la colocaron en un marco que debieron haber sacado del baño.
La expresión general fue: “ni a mi perro le hubiera puesto ese marco”.
Y las demás historias que se cuentan…

El correo de los muertos
En Acatzingo, bajo advertencia no hay engaño
“Hay muchos problemas en el estado de Puebla, que más que nada son tráfico de drogas o la incomprensión de los subordinados del gobierno por incumplimiento de pagos o exceso de trabajo, pero no se han fijado en los demás municipios, como Acatzingo de Hidalgo, en el cual se está dando el robo de vehículo, extorsión, secuestros, intento de secuestros, y sobre todo el robo de infantes a la salida de escuelas o el día martes que es día de tianguis, y que les es más fácil robarse a estos niños.
”La gente más bien se va a empezar a organizar para defenderse ya que la misma policía no piensa hacer nada, ellos mismos lo dijeron que también tienen familia y no quieren correr riesgo, así que estamos solos, y de alguna forma nos vamos a defender en contra del crimen, y como bien es cierto en los únicos que se puede confiar en el Ejército y la Marina porque la municipal, estatal y federal ya se corrompen más fácil y hasta ellos mismos los ayudan, espero y con esta carta se haga algo, sino el pueblo va hacer justicia por su propia mano, en una ocasión lo iba hacer al querer linchar a un ladrón que mató a una señora, y al no querer entregarlo iban a quemar la presidencia municipal ya tenían la gasolina, pero supieron sacar al delincuente sin que la gente se dieran cuenta.”

Hasta aquí la carta.
Nos vemos cuando nos veamos.