No hay plazo que no se cumpla y parece que el periodo electoral inicia con las mismas características y señales de siempre. Que si los que quieren no quieren, que si los que no pueden fijen que sí, que si se hacen pasar por el elegido, que si confunden las señales, que si los medios participamos en el juego.
Por el momento no pasará nada que no hayamos visto, leído o escuchado en vísperas de un proceso electoral. A partir de ahora, los suspirantes cumplirán años, acudirán a cada uno de los actos públicos posibles, estén convocados o no, tendrán cualquier pretexto para acudir a los programas de radio y televisión y por qué no, hasta se ofrecerán de padrinos de cualquier niño que requiera ser bautizado.
El hecho de que las decisiones de los altos mandos aún no sean claras (por lo menos fuera su mente) genera circunstancias que en la mayoría de las ocasiones sólo son interpretaciones mediáticas o incluso provocadas por el mismo aspirante a candidato (dígase a la presidencia municipal o en su defecto diputado local) y aunque las cosas se pondrán color de hormiga la realidad es que hasta hoy no hay nada para nadie.
Será en un par de semanas cuando empiecen a eliminarse perfiles que desde el inicio no tuvieron posibilidades, pero como en cualquier juego se necesitan jugadores y sobre todo comparsas que legitimen lo ilegitimo. El problema es que en el camino, hay quien se compra la idea de ser y de ahí las rupturas de acuerdos y hasta grandes amistades.
Por el momento esta semana se incrementó la actividad de los personajes políticos que quieren ser candidatos y cuentan con el aval del de arriba, ya sea gobernador, líder partidista (a veces los dejan opinar) o alcalde en turno. Por lo pronto el próximo viernes uno de los punteros Antonio Gali, secretario de Infraestructura del estado, conmemora su cumpleaños con una comilona en la que se espera la "señal divina". Es decir la asistencia del mandatario Rafael Moreno Valle, que para serle sincera, dudo que su asistencia o ausencia, signifique algo en concreto.