Facultar a los empleados la posibilidad, oportunidad y recursos para que tomen decisiones y acciones para mejorar los resultados de una empresa, es un tema del que muchos hablan pero pocos aplican, especialmente porque los directivos tienen miedo a delegar por temor a que nadie haga el trabajo como ellos.
El empoderamiento de los colaboradores, entonces, es una estrategia sólo para directivos 2.0, para aquellos que ven en la gente el poder para generar innovación y elevar su competitividad. ¿Sencillo? Para nada, es un proceso complejo pero posible.
En coaching explicamos que es una situación difícil y hasta cierto punto comprensible. Hay cierto nivel de asertividad que lleva a los directivos a una posición en la que hay temor a que otros sean incapaces de tomar las decisiones en su mismo estilo. Sin embargo, la realidad es que nadie va a hacerlo de la misma manera y si un directivo se resiste a aceptar la diferencia, no se crea equipo y entonces el riesgo de no evolucionar es muy alto.
Los directivos suelen ser víctimas de su propio éxito y se convierten en seres arrogantes que creen que lo saben todo, lo que inevitablemente lleva a que un empleado no proponga y no vuelva a decir nada por temor a que sus iniciativas sean rechazadas, aminoradas o incluso, burladas.
Por tanto, un ejecutivo que quiera crear equipos de trabajo efectivos tiene que estar consciente de sus límites, de sus puntos ciegos, de que hay maneras de operar que no permiten el crecimiento y que la salida es provocar la generación del conocimiento y compromiso al permitir que otros apoyen, consigna el experto.
No todo mundo puede tomar cualquier decisión pero sí se puede empoderar a cualquier persona que demuestre que puede tener talento para tomar decisiones y siempre y cuando se tenga en claro que hay tres tipos de decisiones:
La que yo como líder tomo y se lo comunico a mi gente.
La que consulto con el equipo a través de retroalimentación y luego tomo la decisión final.
La decisión que se abre al equipo de trabajo y en su conjunto o una persona en particular, toma.

Claves para empoderar a un equipo
Empoderar a un equipo puede tener ciertos riesgos. En la mayoría de las culturas empresariales de comando y control, cuando se inicia este proceso hay resistencia por parte de los colaboradores ante la incredulidad; es preciso convertir el proceso en un hábito que permita ganarse la confianza y generar esa cultura de corresponsabilidad sobre la toma de decisiones y sobre el crecimiento de la empresa.
1. Usar la cultura organizacional: Permitir que el empleado use su creatividad para apoderarse de su espacio, mejora la atención e incluso el servicio al cliente. Si bien hay reglas, una empresa que considera la innovación y la extravagancia como valor empresarial, permitirá que la gente se sienta como en casa.
2. Generar conversaciones de posibilidad: El objetivo de la conversación es que la gente haga lluvia de ideas bajo ciertas reglas que incluyen no discutir, no debatir, no descalificar, para aterrizar las ideas más viables, analizarlas y conformar un proyecto.
3. Bienvenida la diferencia: Los colaboradores normalmente tienen hambre de ser creativos y de generar valor y sentido para una empresa; la empresa debe dar lugar al error y generar una cultura del no rechazo a la equivocación.
Generar este tipo de cambios requiere de mucho tiempo. De acuerdo con el consultor, toma alrededor de tres años (dependiendo del tamaño de la empresa), generar un entorno de creatividad, porque requiere del compromiso absoluto de altos líderes y de generar hábitos en la totalidad de la empresa.
¿Estás dispuesto a escuchar a tus empleados?