¡Oh, sorpresa!, la maestra y el SNTE poco a poco empezarán a dejar el control que por años y años mantuvieron sobre la educación en México. Aunque es muy pronto para echar las campanas al vuelo sobre los posibles resultados que acarreará la llamada reforma educativa, no deja de ser meritoria e importante para estos tiempos.
Si algo hay que rescatar del famoso “Pacto por México” es el interés por parte del nuevo régimen y de las tres principales fuerzas políticas (PRI, PRD y PAN) para impulsar las reformas estructurales que se requieren y una de ellas es precisamente el asunto de la educación. ¿Por qué hasta ahora?, es una pregunta de muchos; de verdad que uno de los más grandes errores de los gobiernos de ayer y del que apenas acaba de irse fue haber dejado en manos de Elba Esther Gordillo y su sindicato las tareas sustanciales de educar a los niños y los adolescentes.
Si algo pudiéramos rescatar de las herencias históricas de la Revolución mexicana y lo que vino después de ella es sin lugar a duda el derecho a una educación pública y laica. Es increíble, pero el viejo régimen priista, para mantener su poder y legitimidad, necesitó del apoyo corporativista de sus sindicatos y uno de éstos fue el del magisterio. Le entregaron las llaves de la SEP y empeñaron la formación educativa de muchas generaciones, lo mismo hicieron las dos últimas administraciones del PAN. Es decir, la educación pública dejó de ser un bien social para convertirse en un elemento para el chantaje político y quienes pagaron los platos rotos fuimos todos nosotros porque el país sufrió un retraso, dejó de aprender y leer, no avanzamos, entramos muy tarde al era de la tecnología y la información y la educación dejó de ser impartida por el Estado.
Vale decirlo desde ahora, con la aprobación que hagan los diputados federales de dicha reforma los problemas de fondo por sí mismos no se resolverán en automático, tendrá que correr un proceso y en mucho dependerá del compromiso que tenga el propio gobierno. Desmantelar los grandes intereses creados en este sector no será cosa fácil y de sólo unos días; es un cuerpo que se encuentra muy enfermo, el daño sufrido fue demasiado y su recuperación requerirá de una terapia intensiva y del cuidado de todos.
El hecho de que el Estado mexicano retome la rectoría sobre la educación en México es un avance interesante, sin embargo sus acciones deberán ir acompañada de más acciones para que ésta pueda rendir los resultados esperados. Aparte de la radiografía de maestros y escuelas existentes en todas las entidades, más la evaluación, la calidad educativa, la normalización de plazas y la superación magisterial se requiere de una reflexión urgente sobre el estado en que se encuentra la educación y la revisión de los planes de estudio en la formación básica.
De verdad que suena trágico y sólo podría ocurrir aquí, pero por muchísimos años nuestro sistema educativo ha estado secuestrado por un sindicato de maestros que perdió su función de ser, para convertirse en un instrumento de ambición política. Siguen controlando todo: reparto de plazas, adscripciones, lugares, escuelas, clases y horarios. Mantienen la administración de fideicomisos, ponen y quitan funcionarios en la SEP, dirigieron el ISSSTE y sus delegaciones. Son un sindicato muy grande, con poder, con vastos recursos públicos, con buenas promociones para unos cuantos y con formas que salvaguardan el poder caciquil de la maestra Elba Esther Gordillo.
Apenas ayer, en países como China la educación se ha convertido en su principal prioridad y motor para su desarrollo, están convencidos que tienen que invertir y formar a sus propios cuadros profesionales desde el preescolar. En España hay un debate interesante sobre la educación formal, quieren incentivar a sus muchachos para que estudien y no dejen la secundaria, un asunto que ha generado pros y contras entre académicos y profesores. La discusión sobre los nuevos modelos educativos está presente en la mayoría de los países en desarrollo, saben que es la única alternativa para su progreso y el conocimiento.
En México nos hemos quedado rezagados, no hay innovación y calidad educativa, las propias pruebas ENLACE que se han hecho con niños y jóvenes nos han demostrado el bajo rendimiento en ellos. La falta e interés por la lectura es otro tema pendiente, lo mismo que el mejoramiento de las escuelas y su modernización. La deserción y el ingreso a la educación media y superior es también parte de una agenda pendiente. Obvio, los millones de familias mexicanas necesitan que sus hijos estudien y aprendan más, la única posibilidad que tienen es la escuela pública y ésta debe garantizarles una buena enseñanza y formación de valores.
Estoy convencido que el país necesita de varias reformas estructurales para salir del hoyo en el que nos encontramos, sin ellas —y lo sabe bien el nuevo régimen y los tres partidos políticos— nada se podrá hacer. Los mensajes y los símbolos políticos enviados durante el acto celebrado en el Museo de Antropología son varios; uno y muy importante debe ser que el ciclo de Elba Esther Gordillo está finalizando y debe dejar por el bien de los maestros el SNTE. Demasiados sectores sociales están exigiendo mejor educación para sus hijos, se han cansado de los métodos y mecanismos que ha utilizado la maestra para obtener sus propios beneficios.
“Reafirmar la rectoría del Estado”, dijo Peña Nieto; “poder fáctico que tiene secuestrada la educación desde hace décadas”, soltó el perredista Jesús Zambrano; el panista Gustavo Madero llamó a que se apliquen acciones rápidas para evitar la desconfianza y la priista Cristina Díaz optó por congratularse del acuerdo. El secretario de Educación Pública, Emilio Chauyffet Chemor, dijo en entrevista que habrá reforma educativa con o sin el respaldo de la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, pero que esperan que la iniciativa sea apoyada por “la Maestra”.
No tengo dudas sobre la acción transformadora que significa educar bien y con calidad académica, lo mismo del papel que juega en nuestro país la enseñanza pública y gratuita, así como de la importancia que desempeñan los maestros o los profesores en la enseñanza y la formación de sus alumnos. El Estado tiene que invertir más y cuanto antes en la educación de sus nuevas y futuras generaciones.
No tiene otras alternativas posibles para alcanzar su pleno desarrollo.

Como están diciendo en el debate los sociólogos españoles sobre la educación en su país, en momentos de crisis: a los niños, adolescentes y jóvenes que estudian en las escuelas públicas, se les deberá empezar a enseñar y tener valores como los tienen los estudiantes de las escuelas privadas, para que piensen y tengan proyectos de largo alcance, solo así se empezarán a crear las condiciones para la  igualdad y mejores condiciones de competencia. Porque las familias pobres y en consecuencia sus hijos solo piensan en corto plazo y dejan de mirar para el presente y futuro. Para esto debe ser la educación.