Aunque en política no hay nada escrito, todo parece indicar que la gran final por la jugosa presidencia de cuatro años y nueve meses la jugarán dos personajes con características muy similares y de ascendencia libanesa, se trata de José Chedraui Budib y Antonio Gali Fayad.
Los dos vienen —como ya lo dije— de la muy importante colonia libanesa asentada en Puebla y de familias dedicadas a la antes pujante industria textil. Ambos son agradables, de corte empresarial, bien parecidos, son poblanos de cepa y sus familias tienen amplio arraigo en la ciudad, sus trayectorias son de lo mejor que existe en Puebla, con una ligera ventaja a favor de Gali en el servicio público, donde ha trabajado tanto en el ámbito municipal, el estatal como el federal.
José Chedraui Budib es amigo el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, comparten una añeja relación en el llamado “Grupo Amistad”, donde floreció una relación de cercanía que muy pocos pueden presumir en el estado. Su padre, don José Budib Alam, fue amigo de presidentes como Miguel Alemán, con quien se iba incluso de vacaciones por Europa y también con el secretario de la Defensa Nacional; con el general Galván entabló una gran relación, desde Puebla se llegaron a confeccionar miles de uniformes para los elementos de las fuerzas armadas.
Pepe Chedraui no cuenta con experiencia en la función pública ni en la política, ésta sería —en caso de concretarse— su primera incursión en el medio, pero es un personaje valioso dentro de la sociedad civil, bien visto y evaluado.
Sus adversarios buscan descarrilar su candidatura ligándolo al grupo del exgobernador Mario Marín Torres, con quien tiene una buena relación, pero nada más.
Pepe Chedraui no tiene las cosas resueltas en el PRI, ya que el rector de la máxima casa de estudios en el estado, Enrique Agüera Ibáñez y el diputado federal Enrique Doger Guerrero lo aventajan en conocimiento y potencial de voto, algo normal si se toma en cuenta los años que ambos personajes tienen dentro de la política local.
Del otro lado, Antonio Gali Fayad tiene de su lado al gobernador del estado, Rafael Moreno Valle, quien lo apoya como candidato, pese a no pertenecer al grupo más cercano del mandatario. Gali se ganó a Moreno Valle en el 2006 cuando el entonces priista dejó las filas del tricolor y se enroló en Acción Nacional, Gali organizó grandes cenas para recaudar fondos a favor de la campaña de Moreno Valle y del entonces candidato a la Presidencia de la República, Felipe Calderón, cuando nadie daba ni un peso por ambos personajes.
El resto ya es historia, Tony acompañó a Moreno Valle en el resto del trayecto y se ganó el puesto que ostenta dentro del gabinete morenovallista, donde ha entregado excelentes resultados, pero su trayectoria es amplia en administraciones como la de Rafael Cañedo Benítez, Manuel Bartlett, en la Condusef, en el SAT y antes —en la época de Miguel de la Madrid— en los Estudios América.
Tony Gali es bohemio, conecta bien con la gente, tiene un núcleo familiar envidiable, el cual es bien visto por la sociedad en Puebla; su hijo, el diputado local por el distrito 3 de Puebla, es uno de sus grandes activos con un trabajo incansable en varias colonias de la ciudad. Arropado por el morenovallismo y bajo las siglas del albiazul, cuya marca es la mejor posicionada en el mercado electoral de la capital y su zona conurbada, Gali luce como un aspirante altamente competitivo para 2013.
Este encuentro de darse en el 2013 hará del proceso electoral de Puebla uno de los más atractivos entre las 14 entidades donde habrá comicios.
Chocarían la estructura federal recién desempacada en Los Pinos con el morenovallismo, cuyo sueño es ocupar esa posición en el 2018.