Ni duda cabe que la moda de los pactos parece que llegó para quedarse y a semejanza del acuerdo nacional denominado Pacto por México, ahora el gobernador de Puebla quiere realizar el suyo a nivel local.
Esto, luego de la embestida que recibió por parte del PRI, que criticó por primera vez en dos años las acciones emprendidas por el mandatario luego de su segundo informe de labores.
La idea no es mala, pero se me hace a destiempo porque la iniciativa viene, luego de dos años en que Rafael Moreno Valle no ha querido escuchar a nadie, porque lo hace obligado por las circunstancias políticas y sabedor de que el panorama nacional le es adverso.
Es decir, el llamado a firmar un Pacto por Puebla no obedece a la vocación democrática de un mandatario interesado en escuchar a la sociedad y a los partidos políticos como pudo ser en su oportunidad, sino orillado porque al fin se dio cuenta que existe un hartazgo en una buena parte de la sociedad poblana, iniciativa privada, organismos intermedios, partidos políticos y medios de comunicación, que no solo han sido ignorados, sino también objeto de ataques e intimidaciones.
Luego de obtener el triunfo electoral el 4 de julio de 2010, el gobernador creyó que su bono democrático, esa luna de miel con los ciudadanos, le iba a durar toda la vida y tal vez ya se dio cuenta de que no es así y ante el inminente proceso electoral que se avecina y que pudiera convertirse en un referéndum a su administración, ahora sí está interesado en un Pacto por Puebla.
La idea —reitero— no es mala y para fortuna del mandatario estatal cuenta con dos hábiles operadores políticos para acercarse a todas las fuerzas políticas, en las figuras de Fernando Manzanilla Prieto, secretario de Gobierno y Eukid Castañon Herrera, para concretar acuerdos tanto con la sociedad civil como con los diferentes partidos.
El problema radica en qué está dispuesto a ceder quien está acostumbrado a tomarlo todo en el juego de la perinola, como lo exhibió de manera acertada el politólogo Manuel Díaz Cid.
Un verdadero pacto estriba en acuerdos de alto nivel donde cada una de las partes ponga a favor de construir una nueva relación en beneficio de la entidad. ¿Está dispuesto el gobernador a ceder, cuando está acostumbrado a ganar siempre? ¿O piensa hacer lo mismo que hace al interior de su partido, donde —reitero— todos ponen y él siempre toma todo? Y es que para el mandatario estatal durante dos años, negociar ha sido imponer sus condiciones y que los demás se sometan a las mismas.
Habrá que ver que tan en serio es que tiene la voluntad política de ceder espacios, y si esa convección es real o más bien obedece a la circunstancia política que le rodea y que no les nada favorable.

Delegados, para la otra semana
Dicen que finalmente ahora sí hay “luz verde” y que la próxima semana serán presentados los nuevos delegados federales que operarán en Puebla con carácter, como lo dije en la anterior entrega, de provisionales.
Los nombre están más que “palomeados” y en la lista intervinieron fundamental el subsecretario de Desarrollo Social, Juan Carlos Lastiri Quirós; el exdirigente estatal del PRI, Juan Manuel Vega Rayet; la senadora Blanca Alcalá Ruiz y el director de Bansefi, Jorge Estefan Chidac.
Poblanos en su mayoría, cuentan que serán llamados este fin de semana para ser notificados y presentados el próximo lunes o martes, para entrar de inmediato en funciones y ser un engranaje más de la maquinaria que busca recuperar los espacios perdidos por el tricolor en 2010.
Veremos qué grupos políticos de la entidad se consolidan a través de la nominación de los nuevos funcionarios de la Federación.