Decíamos en nota anterior que comienzan a darse, tal como ocurría en el pasado no tan reciente, los esperados “mano a mano” entre toreros cuya trayectoria y momentos actuales convierten estas confrontaciones en verdaderos acontecimientos que se reflejan en los entradones que llenan los tendidos.
Entradón como el que se espera este domingo en el Coso de Insurgentes para ver partir plaza a Julián López y a Diego Silveti, seguramente enfundado en un capote de paseo con la Virgen de Guadalupe al torso. Y, decimos que la confrontación es tan merecidísima dado el actual sitio que ocupa Julián López Escobar, resultado del “sitio” en que el madrileño “se pone” frente a los toros y por las grandes aportaciones de este torero que ha llegado al grado de “Maestro”; se trata de un “Juli” que está en un plan verdaderamente arrollador, pues incluso ha manifestado a la prensa especializada, que este año está dispuesto a matar la corrida de los emblemáticos “Miuras” en la feria de Sevilla, valentonada que ha hecho con anterioridad en los años de 2003, en la también emblemática plaza de Linares y en Valencia en 2006.
Diego Silveti se ha metido en el campo de manera intensa y llega a este compromiso después de haber cortado dos orejas en la feria de Moroleón, Guanajuato. Desde luego que existe una enorme diferencia entre las carreras y los triunfos de estos toreros. “El Juli” lleva a Silveti una enorme ventaja de rodaje taurino, pero eso hace más interesante la confrontación sobre todo para Diego Silveti, sus promotores —quienes lo llevan— y el público, la gran afición mexicana que ha visto en el hijo del “Rey David” a un heredero natural de la gran prosapia taurina; sin duda, uno de las grandes y esperanzadores candidatos a figura, al igual que Arturo Saldívar y Juan Pablo Sánchez. Tiene en su parladez Silveti el reciente y sonoro corte de un rabo al toro “Charro cantor” de Los Encinos. Y de Julián López debe valorarse su actitud de apoyo franco y sin limitantes en pro de la fiesta y sus nuevos valores. El domingo próximo a las cuatro y treinta de la tarde, abierta la puerta de cuadrillas y después del inconmensurable “olé” los dos toreros, capote de paseo liado y con la mano derecha libre, al saludar e invitarse mutuamente a iniciar el paseíllo, es probable que nazca una nueva pareja de toreros que cubran muchas tardes de triunfos, provoquen llenos y desaten pasiones para mayor gloria de la fiesta hispana y México.
Juntos, los dos han emprendido intensa campaña promocional de la corrida de este domingo y han estado en los programas y medios de mayor ranking, incluso es notorio el incremento de desplegados, fotos, entrevistas y presentaciones que de seguro provocarán un gran llenazo. Esta será una oportunidad más para la afición de lanzar con la buena entrada en la plaza de toros más grande del mundo, un sonoro y rotundo: ¡sí a los toros!
Una merecidísima confrontación
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