El Partido Nueva Alianza se convirtió en la manzana de la discordia. Tanto el PRI como el PAN pretenden convencer al Panal para realizar coaliciones en el proceso electoral que inicia. El partido de los maestros tiene hasta el mes de marzo para tomar una decisión, sin embargo será antes de que concluya el mes del amor y la amistad cuando la dirigencia nacional anuncie con quien se la juega.
Para nadie es un secreto que el dirigente estatal Gerardo Islas sostienen una relación de amistad con el gobernador Rafael Moreno Valle, quien jugará todas sus canicas para convencer al mayor numero de institutos políticos se alíen con Acción Nacional y ganar la contienda; sin embargo, será en el Comité Ejecutivo Nacional donde se diga la ultima palabra, pues aunque la propia Elba Esther Gordillo es amiga del mandatario, su aparente acercamiento con Enrique Peña Nieto podría estar en juego.
En caso de ser así, como lo predicen algunos analistas políticos, la líder del sindicato de maestros podría quedarse “imparcial” y no ir ni con “Dios ni con el diablo”, pues si bien es cierto que en gran parte de los estados donde habrá elecciones conviene a Nueva Alianza aliarse al tricolor, Puebla es distinto. A Moreno Valle le interesa ganar, principalmente las diputaciones locales y sabe que solo (sin coaliciones) se complicaría el panorama.
La ventaja de Gerardo Islas como dirigente de Nueva Alianza es que pase lo que pase, él sale intacto de las negociaciones ante los ojos del gobernador, a diferencia del resto de los dirigentes de los partidos quienes se niegan a ir en coalición con Acción Nacional o piden las perlas de la virgen a cambio de compartir su marca.
Hasta ahora todo parece indicar que el Partido Nueva Alianza irá o con el PRI o con el PAN. Sería muy arriesgado que fuera en esta importante elección solo, como dicen algunos, pues tiene mucho más que perder que ganar en ese escenario. Pero, repito, antes de que concluya el mes, eso tendrá que estar resuelto.
Al tiempo.