En un trabajo de investigación de la revista Reporte Índigo se aborda el tema de los exámenes de confianza a los que deberían ser sometidos no sólo el personal de tropa de las corporaciones policíacas del país, sino también de los altos mandos y sale a relucir que Genaro García Luna, extitular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), sólo fue sometido a uno de estos exámenes —sin que se conociera el resultado— lo que estaría demostrando que el exsecretario debió haber sido despedido de su trabajo antes de que terminara la gestión presidencial, además de encarcelado, porque debió haberse sometido a esta prueba por lo menos una vez al año.
Pero en este tipo de abusos, los de pasarse “por el arco del triunfo” los exámenes de confianza, se encuentra el actual secretario de Seguridad Pública de Puebla, Facundo Rosas Rosas, quien pese a haberse hecho tres de estos exámenes no será hasta dentro de 12 años cuando se conozca si es apto para ser policía o no, luego de que estos documentos han sido marcados como clasificados hasta ese tiempo.
Entonces saltan las primeras dudas de que este personaje siniestro sea el encargado de vigilar la seguridad de los poblanos.
¿Qué llevo al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, a nombrar a un personaje implicado en los escándalos de la protección de altos mandos de la SIEDO, la Policía Federal y fuerzas castrenses a los capos de las organizaciones del Cártel de Sinaloa, de los Beltrán Leyva, inclusive los “Zetas”?
Le recuerdo al lector que tras la llegada de Facundo Rosas a territorio poblano se incrementaron las ejecuciones y las desapariciones de personas, además de que se fortaleció la protección a las mafias del “narcomenudeo”, principalmente en la ciudad de Puebla, sin dejar de mencionar que los asaltos a mano armada se tornaron más violentos.
Desde que Facundo Rosas ocupó la silla del secretario de Seguridad Pública el estado se tornó más violento, los asaltos a mano armada dejaron como saldo no sólo pérdidas patrimoniales cuantiosas, sino también la pérdida de la vida de muchas víctimas, además de violentas ejecuciones de las que han sido testigos poblanos que viven en la periferia de la capital poblana.
De estas ejecuciones que van desde decapitados, asesinados con el tiro de gracia hasta incinerados, el secretario no sólo se ha abstenido de dar alguna declaración donde demuestre su preocupación, sino las estrategias que se deban seguir para tratar de “blindar” al estado de la presencia de grupos criminales.
Al momento de pisar territorio poblano como jefe de toda la seguridad, a Facundo Rosas le tendieron “lisonjas” que hablaban de su “experiencia” en combate a todo tipo de delincuencia, pero a los escribanos les faltó mencionar que nuestro personaje tiene pésimas cartas de recomendación, que en todos los cargos que ocupó no aparece un solo éxito y sí quejas de abusos y excesos de autoridad, y que lo único que tiene de “bueno” es que le “cargaba la maleta” a Genaro García Luna, como dice una carta escrita de puño y letra por “La Barbie”, jefe de un reducto de los Beltrán Leyva, y por lo mismo se ganó su confianza, además de que García Luna es uno de los consentidos del expresidente Felipe Calderón… y nuestro gobernador todavía no termina su larga lista de compromisos.
Lo que de verdad extraña es por qué los organismos que protegen los derechos humanos, no el oficial —porque está más comprometido en encubrir los excesos de esta administración—, las barras de abogados, los partidos políticos, presuntamente de oposición, vaya, hasta los grupos de empresarios, no se han preguntado qué hace un hombre con un pasado oscuro como jefe de la seguridad de Puebla.
Por qué no le han preguntado cómo es que Lorena González, excomandante de la Policía Federal, integrante de una banda de secuestradores identificada como “La Flor”, que participaron en el secuestro de Fernando Martí, era de su personal de confianza.
¿Por qué no le han preguntado al “flamante secretario” por qué el empresario guanajuatense Eduardo García Valseca, secuestrado en 2007, lo acusa a él cuando era comisionado de la Policía Federal y a su exjefe Genaro García Luna de haber encubierto a quienes lo secuestraron y de montar un espectáculo para acusar a una cédula del ERPI, denominado Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo, de haberlo plagiado?
Desde el 1 de abril cuando Facundo Rosas Rosas asumió el cargo de secretario de Seguridad Pública de Puebla las muertes violentas se incrementaron de manera alarmante, nada más del viernes 19 al lunes 22 de abril se contabilizaron al menos 12 ejecuciones, más las que la Procuraduría General de Justicia ha ocultado, además de los asaltos que han dejado saldos funestos.
¿Qué pasa con don Facundo Rosas, nadie lo quiere y están enviando mensajes macabros o se trata de una “operación limpieza” en Puebla?
¿Para quién?
¿Por qué el distanciamiento con el Ejército mexicano?
Nos vemos cuando nos veamos.