Si usted circula por la Vía Atlixcáyotl, de sur a norte, encontrará en uno de los puentes, cerca de donde se encuentran las instalaciones del Tecnológico de Monterrey, un anuncio muy sugerente de la inauguración de un “club privado” que se anuncia como Uh LaLá, y que tiene como dirección bulevar del Trébol 6, de la colonia Rancho Colorado, en la ciudad de Puebla, donde por cierto anteriormente funcionaba un negocio de giros “negros” denominado Porky’s.
Este mismo mensaje, que detalla la inauguración de ese negocio también de giros “negros”, fue difundido a través de un ejército de repartidores de tarjetas de presentación que operaron en las principales entradas a la ciudad de Puebla interceptando a todo conductor para entregarle la tarjeta donde se anuncia la presentación de unas 90 mujeres, todas ellas dispuestas a bailar table dance o “fichar” con los clientes de tarjeta de crédito ilimitada o tarjeta abultada.
Lo extraño e interesante de este anuncio, hecho en un espectacular y por tarjetas de presentación —con teléfono y todo para reservar—, es que el Departamento de Normatividad Comercial del ayuntamiento de Puebla, a cargo de Luis Mora Velasco, lo tiene prohibido e incluso castigado, pero lo más extraño es que se dice que este funcionario no admite sobornos de ningún tipo, entonces, ¿cómo le hicieron los propietarios?, sobre todo, ¿cómo colocaron el espectacular cerca de una de las universidades más importantes del país?.
Los socios del Uh LaLá
El nuevo establecimiento quedó ubicado donde antes era el bar o cabaret Porky’s, entonces quien era propietaria de este lugar es una de las socias del Uh LaLá; el segundo se dice que es José Luis Olivos, dueño de un negocio identificado como Bananas, el que, por cierto, fue clausurado por Normatividad Comercial de Puebla por muchas irregularidades.
Luis Olivos antes no era un hombre de muchos recursos económicos y actualmente tiene el “poder” para colocar un negocio con la presencia de 90 mujeres cuyo salario es cuantioso, sin dejar de mencionar toda la remodelación de la que fue objeto el lugar y toda la publicidad, además de los sobornos para que pueda anunciarse con tanta ligereza sin que nadie se atreva a preguntar o investigue de dónde viene todo este dinero.
¿Una mano lava a otra?
Tras la clausura del Bananas, José Luis Olivos no se quedó quieto, con la ayuda que da la corrupción que prevalece en Puebla este hombre colocó otro Bananas, pero sin más membrete que claves para entrar y violando todas, pero todas las disposiciones municipales para que este tipo de negocios pueda operar.
Este nuevo negocio fue ubicado en la calle Insurgentes 8161, de la colonia Santa Cruz Buena Vista; fue montado en una casa grande con fachada color marrón, con dos cortinas y zaguán negro, con cámaras de video, sin una sola razón social ni el número, y que funciona cuando todos los bares y cantinas de Puebla cierran, es decir, de las 3 a las 12 horas, o cuando salga el último de los clientes.
Los vecinos de este negocio dicen que desde la una de la mañana llegan meseros, meretrices, guaruras y más tarde los clientes.
Se vende de todo, desde bebidas embriagantes hasta sexo-servicio, algunos no descartan que se vendan drogas porque todo funciona dentro de la clandestinidad.
Nadie sabe por qué este negocio opera con toda la impunidad, ni siquiera se sabe porque Normatividad lo permite, ¿no que no son corruptos?
Le invitó al lector a pensar qué va a pasar cuando este hombre tome las riendas del nuevo antro Uh LaLá.
Todo ocurre con el cierre del último año de la administración municipal panista.
Es el “año de Hidalgo”.
No tiene razón social, abre a las 3 y cierra a las 12 horas.
Sin ninguna pena o sanción anuncian la llegada de otro “antro”, igual o peor de impune que el anterior.