Los más recientes estudios de opinión así lo indican, los candidatos tanto de la coalición Puebla Unida, Tony Gali Fayad, como el del PRI-PVEM, Enrique Agüera Ibáñez, se han estancado, no suben pero tampoco bajan.
Algunos dicen que alcanzaron su tope máximo, por lo cual será muy difícil revertir esta tendencia, esto indica que la hora de la verdad ha llegado y que la tan temida hora de la campaña “negra” arrancará. Ahora se trata de atacar al rival para que sus negativos crezcan y caiga en las preferencias.
Lamentablemente, la propuesta será hecha a un lado y ahora vendrán los ataques directos, muchos de los cuales se enfocarán a ver cuál de los candidatos es más corrupto o quien cuenta con el historial más negro.
La propuesta, el discurso, el futuro de Puebla se va por la tasa del baño y ahora lo que prevalecerá será la descalificación, la ofensa, la bravata, el discurso vacío, la bravuconada; lamentablemente ése es el nivel de los políticos en México.
Las tendencias marcan una competencia muy cerrada entre Gali y Agüera, en tanto que en los distritos hay una lucha muy cerrada en el 10, en el 14 y en el 16, donde incluso hay números que favorecen al PRI y a su candidato Víctor Manuel Giorgana Jiménez, es el distrito más flojo para Puebla Unida.
Ambos equipos preparan lo mejor de su arsenal para darse con todo, incluso reforzarán sus respectivos equipos con el fin de prepararse para esta nueva etapa de la campaña, la de la “guerra de lodo”.
Ayer mismo en las redes sociales y en diversos espacios se intensificó la guerra y las descalificaciones entre uno y otro bando, y amenazan con trasladarse a las calles y a los medios de comunicación.
Lo que no se debe perder de vista es que tal y como lo adelanté hace unos días en este mismo espacio, todo parece indicar que, como pintan las cosas, la elección no se dirimirá en las urnas, sino en los tribunales. Puebla ha entrado a una dinámica peligrosa donde la estabilidad política y la seguridad están en riesgo y esto no parece importarle a ninguno de los dos grupos, los cuales al parecer están dispuestos a todo con tal de hacer trizas al enemigo, sin importar si se llevan entre los pies al estado.
Fue exactamente el pasado 10 de mayo cuando toqué el tema de la elección en Puebla capital y el pronóstico al parecer no va a fallar, las condiciones se están dando para llevar el proceso electoral de Puebla al Trife y ahí todo puede pasar, hasta una posible negociación, la cual no se descarta: la capital para el PRI a cambio del Congreso para el gobernador; suena tentador, ¿no lo creen?
Minimizan el tema de la inseguridad.
Muy mal hacen las autoridades y hasta algunos candidatos en minimizar el tema de la “ola” de inseguridad que azota a la ciudad de Puebla.
Desafortunadas han sido las declaraciones de quienes aseguran que el tema sólo busca politizar, cuando es lamentable que se cobren vidas a plena luz del día y con total impunidad.
La inseguridad es un tema serio, tan serio, que hoy es la principal preocupación entre los poblanos, más allá de temas como el desempleo o los servicios públicos.
Rivera, el peligroso defraudador
Eduardo Rivera Santamaría es un peligroso defraudador que hoy se encuentra recluido en el penal de San Pedro Cholula.
Rivera Santamaría, quien se ostenta como director del periódico UnomásUno de Puebla, quiere hacer creer a la gente que está preso por ser un critico del gobernador del estado, Rafael Moreno Valle, lo cual está muy lejos de ser verdad.
Quienes conocemos a Rivera Santamaría sabemos perfectamente que sólo busca escudarse en su “supuesta actividad periodística” para tratar de extorsionar a todo lo que se le ponga enfrente.
Reitero, actualmente se encuentra preso en el penal de Cholula, luego de que ingenuamente creyó que iba a extorsionar a las autoridades poblanas escudándose en su seudoactividad periodística, para poder sacar contratos de publicidad y obra pública, pero su larga lista de denuncias, así como su negro historial operan en su contra.
Es increíble que aun dentro del penal de Cholula, los directivos del periódico UnomásUno le sigan prestando las siglas de su rotativo para que siga difamando y tratando de extorsionar gente.
Que quede claro: Rivera Santamaría no es ningún periodista encarcelado por expresar sus ideas, es un peligroso defraudador, y ahora también extorsionador, que merece pasar muchos, pero muchos años en la cárcel, por el bien de Puebla.
Se acabaron las ideas, vienen los madrazos
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