En la escuela primaria General Lázaro Cárdenas, ubicada en Momoxpan, del municipio de San Pedro Cholula, los niños son víctimas de maltrato por parte de los maestros. La semana pasada un menor de 11 años, de quien omitiré su identidad por obvias razones, fue agredido por su maestra.
La historia.
Desde hace varios meses, el menor es víctima de bullying en su salón de clases. Sus compañeros diariamente lo ofenden, agreden y humillan. Ante las circunstancias, la madre interpuso ante los directivos de la institución la queja, la cual ha sido ignorada. La profesora, de nombre Esperanza, enterada de la situación, no sólo se cruzó de brazos, sino que se convirtió en cómplice del maltrato e incluso participa en él.
Originarios del municipio de San Pedro Cholula, la madre y su hijo, quien está a punto de concluir sus estudios en el turno vespertino, recurrieron a las autoridades de la escuela Lázaro Cárdenas, sin embargo, su director, de apellidos Landero Pizarro, minimizó lo sucedido en la institución y decidió enviar al menor a terapias psicológicas documentadas a fin de permitirle regresar a clases, “sin el papel no puede volver. Me lo advirtieron", narra la madre.
Con la excusa de que el niño, según los maestros, es “hiperactivo”, la profesora Esperanza “se vio obligada” —explica— a recurrir a los insultos y, no conforme, se atrevió a herirlo con cuestiones personales, pues el menor no es hijo biológico de su madre. Información, obvio está, no correspondía decirle.
Las autoridades escolares decidieron exigir a la madre del menor un documento que avalara la "buena salud mental" del niño como condición para dejarlo volver a clases, tan sólo a unas semanas de que concluya el ciclo escolar. Sin embargo, la gravedad va mucho más allá de la estupidez, intransigencia y poca madre de los maestros. Hace unos días el menor además de negarse a regresar a la escuela, orinarse en la cama y dejar de comer, registró síntomas suicidas, según la terapeuta particular que atendió al joven.
Esto es sólo una historia de miles que podrían estar sucediendo y en donde quizá las consecuencias pueden ser muy graves. Señores de la Secretaria de Educación Pública, desde este espacio solicito, en nombre de la familia de la víctima y personal, su inmediata intervención. La que sucede en la escuela Lázaro Cárdenas no puede quedar impune.
Esperamos respuesta.
¿Y la SEP?
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