El senador Javier Lozano Alarcón se ha convertido en un verdadero problema para la coalición Puebla Unida, pues en su calidad de vocero de Tony Gali no sólo lo ha metido en una guerra absurda de declaraciones sin fundamentos, sino que ha desviado la línea de atención hacia los escándalos y no a las propuestas del candidato al que representa. 
Dicen quienes están cerca de él que la personalidad del panista no ayuda en nada a la imagen del exsecretario de Infraestructura, quien ha intentado llevar la fiesta en paz y dedicarse a lo suyo; sin embargo, la innegable inteligencia política del senador de la República es rebasada por su evidente carácter explosivo. "Soy de mecha corta", reconoció alguna vez a quien esto escribe. Y sí, Lozano ha demostrado varias veces, no sólo en esta campaña, que si lo buscan lo encuentran. El problema es que si tomamos en cuenta que la figura de vocero significa "persona que habla en nombre de otro", según el diccionario, pues toda palabra emitida por su boca es prácticamente como si la dijera el propio Tony Gali. 
Los últimos días los estrategas de la coalición Puebla Unida han intentado balancear sin éxito, con eventos y comunicados de prensa, las declaraciones de Javier Lozano, quien, con esa personalidad que lo caracteriza, se subió al carro que puso en marcha el delegado del CEN del PRI, Fernando Moreno Peña. El priista —dicen— ha disfrutado al máximo la situación. Y es que hay que recordarle al senador que el exgobernador de Colima se irá de Puebla, independientemente de los resultados de la elección, y hoy al único que perjudica la guerra de declaraciones es al candidato a la presidencia municipal Tony Gali. 
Estos días serán claves para saber si Lozano sigue con la misma línea o de plano el equipo de campaña del PAN (los otros partidos no opinan en nada) reajustan su línea discursiva mediáticamente hablando. De entrada, internamente ya se dieron cuenta.