Buen cambio en la campaña de radio de Enrique Agüera. Mientras Tony Gali sigue “subiendo telas y bajándotelas” y el candidato del PT “ríe y llora por los rincones”, Agüera pide que “pensemos” en él a la hora de votar… Una idea simple y sin rollos; aunque, para variar, ese estilo de testimoniales es viejísimo. 
A propósito de jitomates: ¿Por qué son tan odiosas y absurdas las campañas políticas? Imagina que eres un solterón empedernido y que en un arranque de sensatez volteas a ver el “mugrero” en el que estás viviendo y te dices: Híjole, tengo que darle una “manita a la casa”. “Necesito que laven el tinaco, trapeen el piso, limpien las cortinas, sacudan, barran y laven los trastos”.
Contratas los servicios de alguien para que haga al trabajo y te dice: “Por lo que se ve, tenemos que lavar el tinaco, trapear el piso, limpiar las cortinas, sacudir, barrer y lavar los trastos”. 
A los seis años, cambias de empleado porque el anterior te robó. El nuevo empleado te dice: “Tenemos que lavar el tinaco, trapear el piso, limpiar las cortinas, sacudir, barrer y lavar los trastos”. 
A los seis años siguientes, la historia se repite y vuelves a cambiar de empleado por las mismas razones. El nuevo te dice: “Tenemos que lavar el tinaco, trapear el piso, limpiar las cortinas, sacudir, barrer y lavar los trastos”. Lo corres por las mismas razones que a los anteriores y la historia y el “tenemos que…” se repite hasta el vómito. 
Yo me pregunto: ¿Por qué cada seis años tenemos que eliminar la pobreza, que disminuir el crimen, que mejorar nuestra seguridad social, que lograr mejoras en la educación, que terminar con la corrupción, que acabar con la burocracia inútil, que mejorar el transporte, el campo, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera… Me queda claro que jamás han hecho nada de lo que prometen.