De verdad que los órganos electorales de Puebla no dan una y están haciendo hasta lo imposible para que la jornada del próximo 7 de julio se tenga que dirimir en los tribunales.
La nueva queja es por la organización de los debates que obligatoriamente se tienen que dar entre los candidatos a diputados por los 26 distritos de Puebla.
En la misma capital del estado hay confusión, pero sobre todo enfado por parte de los candidatos, ya que pese a contar con un presupuesto de 65 mil pesos para la organización del debate, la mayor parte de los consejos distritales decidió organizar los encuentros en las cocheras de las casas que ocupan como domicilio.
Sí, será en la cochera de la casa del consejo distrital número 13 donde se lleve a cabo el debate entre la candidata de la coalición 5 de Mayo, Bárbara Ganime Borne, el candidato de Puebla Unida, Francisco Rodríguez Álvarez, y el candidato del PT.
Originalmente, cada candidato podía llevar 50 invitados al encuentro, pero como será en la cochera y no caben tantos, sólo podrán llevar a cinco personas, ni una más; además —reitero—, no cabrían más.
El mismo caso se presenta en el distrito 10, donde hay una alta expectativa de ver el encuentro entre Claudia Hernández Medina, la candidata de la coalición 5 de Mayo, contra la excontralora Patricia Leal Islas.
Hay que señalar que Hernández Medina presentó una queja en contra del consejo distrital número 10 porque su representante fue marginado de las mesas de negociación para el debate por el consejero presidente de esta junta, el cual —a decir de la priista— actuó con marcada parcialidad a favor de su contrincante.
Si así están las cosas en los distritos de Puebla, imagínense como estarán en el resto de las demarcaciones, aunque por supuesto, como en todos los casos, hay honrosas excepciones, como el debate que celebrarán los candidatos a diputados por el distrito de San Andrés Cholula, Miguel Rivera, de la coalición 5 de Mayo, y Miguel Ángel Huepa, de Puebla Unida, el cual se celebrará en el salón Los Girasoles, que fue alquilado ex profeso para el encuentro.
La reforma electoral aprobada por la actual Legislatura resultó ser una verdadera vacilada y una ley a modo de quien detenta el poder en la entidad, por lo que deberá ser revisada a fondo.
Y es que no puede ser posible que marque como obligatorios los debates entre aspirantes a diputados locales y no así el encuentro que se debe de dar entre los candidatos a presidentes municipales.
Tampoco es posible que no se destine un presupuesto dentro de las partidas asignadas al Instituto Electoral del Estado para la celebración de estos encuentros, donde incluso debiera existir una partida destinada a la contratación de espacios electrónicos para que dicho debate sea transmitido y pueda llegar a un mayor auditorio.
En resumen, los debates entre candidatos a diputados son una verdadera vacilada y un auténtico relajo.
 
En política, nada es lo que parece
Es evidente que el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, tiene un doble juego ante la Federación, lo cual denunció hasta el mismo presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz.
Por un lado, el mandatario se presenta como un fiel vasallo y defiende el pacto por México y la Cruzada contra el Hambre pero, por otro, no saca las manos del proceso electoral, por supuesto, para apoyar a sus candidatos, mientras mantiene su presencia mediática pese a la veda electoral.
Pero también es más que evidente que la Federación mantiene un doble discurso frente al gobernador de Puebla, ya que mientras el delegado de la Secretaría de Gobernación federal, Manuel Castañeda Rodríguez, se muestra hasta complaciente con el mandatario estatal, la dirigencia nacional del PRI cada vez sube más el tono en contra de Moreno Valle y de su activismo.
Dentro de este mismo doble juego hay dos personajes a los cuales no hay que perder de vista: el secretario general de Gobierno, Luis Maldonado Venegas, y el todopoderoso subsecretario de Gobernación, Juan Miranda, quien —se dice— es “los ojos y los oídos” del presidente Enrique Peña Nieto, pero de esta relación hablaremos el próximo lunes.
 
Labor legislativa
Los diputados de la LVIII Legislatura han están haciendo un esfuerzo por privilegiar el trabajo legislativo y que el tema electoral, más allá de las posturas mediáticas —que son obvias—, no genere desencuentros en la tribuna.
Los coordinadores de todas las fracciones han logrado construir acuerdos básicos para que este segundo periodo sea productivo y que esto se extienda hasta el final de la gestión.
Esto se antoja difícil, sin embargo hasta ahora el presidente de la Junta de Gobierno ha logrado generar las condiciones necesarias para que estos acuerdos se vayan respetando.
Esperemos que el Congreso siga por esta línea y no termine contaminándose del desaseado proceso electoral.