Juan Carlos Natale, líder del Partido Verde Ecologista, no conforme con agandallarse el lugar número cuatro en la diputación plurinominal, el cual casi le asegura su ingreso al Congreso local, se aprovecha de la coyuntura electoral y la sensibilidad de los candidatos a presidentes municipales y legisladores para hacer sus jugosos negocios. 
Dicen los que saben que el no tan flamante joven político cobra con la mano derecha y también con la izquierda. Sí, así como lo lee. Abusando del desafortunado panorama político de algunos de los aspirantes que representa, el líder partidista inició negociaciones con los “de enfrente” para capitalizar económicamente la desventaja de sus candidatos. Ofrece —dicen— la ausencia de la operación política en el “día D” a cambio de módicas cantidades en efectivo y por adelantado. 
No es la primera vez que el “Príncipe Encantador”, como se le conoce en el mundo del jet set político juvenil, hace de las suyas. Militantes del Partido Verde Ecologista han intentado cambiar de dirigente, sin embargo los estatutos se lo han impedido. A inicios de año, Elías Abaid, actual diputado local, había logrado el nombramiento como presidente estatal del PVEM, pero su relación personal con el candidato a la presidencia municipal de la coalición Puebla Unida, Tony Gali, impidió su llegada. 
Internamente, Juan Carlos Natale maneja no sólo los hilos de su partido, sino las prerrogativas correspondientes a este proceso electoral, que ascienden a más de 7 millones 800 mil pesos, los cuales están prácticamente en sus manos, sin olvidar —claro está— los recursos extra provenientes de aportaciones especiales, donaciones o apoyos empresariales. En tanto, los candidatos abanderados por el Verde Ecologista hacen campaña con sus propios recursos, pues “los apoyos no hay llegado”, les dice su dirigente. 
Cómo la ve. No salió tan tonto el muchacho.