Con asesores de campaña como los que tiene Enrique Agüera, para qué quiere enemigos.
Le han hecho un “champurrado” de campaña “publicitaria” verdaderamente mortal, y escribo “publicitaria” entre comillas porque a ese conjunto de disparates no se les puede llamar publicidad. Con esto lo único que han logrado es que el votante poblano ya no sepa “qué onda” con el candidato priista. 
Los responsables de la comunicación del candidato no han sido capaces de analizar detalles tan simples y conflictivos como que el color del fondo de su material impreso es blanco, igualito al que utilizan sus contrarios. 
La pauta de sus mensajes de radio le “parten el queso”, ya que el primero que se escucha es el suyo y en seguida escuchamos el del panista Gali, en el que le recuerdan al público al “gober precioso” y su relación con Kamel Nacif. Obviamente, el mensaje que se queda en la memora es el de Gali…
Pero, quizá, la peor barrabasada de todas es el mensaje que realizaron para el cine. ¿A quién se le ocurre hacer un mensaje político con una propuesta tan boba como “volvamos a ser ángeles” en un momento en que la corrupción, la pobreza y la inseguridad están a la orden del día? ¡Sí! De seguir por este camino, los poblanos pronto acabaremos convertidos en “angelitos”, en cualquier momento podemos quedarnos “tiesos”.
¿No hubiese sido mejor “convirtámonos en triunfadores, en mexicanos de primera, en poblanos triunfadores” y no “volvamos a ser ángeles” porque los ángeles no comen y nomás tienen pensamientos bonitos? 
La verdad, Enrique Agüera la tenia más fácil. Hubiese bastado con posicionarlo como un candidato relacionado con la cultura, la educación y la juventud poblana, que desea la consolidación de un proyecto de desarrollo. Pero no, hay que hacer lo que dice el manido librito y lo que dicen los expertos en mercadotecnia política, o sea, ¡caer en los lugares comunes! Qué forma de darle “en la torre” a un candidato de grandes posibilidades. 
Aunque nadie es perfecto, Gali era un perfecto desconocido cuando lo lanzó Valle; Agüera venía de ser un rector universitario exitoso que, por lo mismo, no tenía el tufillo político que detestamos la gente del pueblo. 
Ojalá que no sea tarde para mandar a volar a los angelitos y que aparezcan en su lugar los jóvenes y la clase media que hoy busca trabajo y seguridad (no en el futuro, como dice Gali).