Florencio Rodríguez Vázquez, “La Bruja”, hace pocos días a cargo de las operaciones de la Policía Ministerial del Estado (PME), en la Sierra Norte del estado —principalmente en Huauchinango—, se encuentra “en la banca”, con riesgo de ser suspendido de sus labores, aunque otros se aventuran y dicen que hasta consignado, luego de haber protagonizado un escándalo cuando se encontraba en estado de ebriedad, junto con un agente del Ministerio Público y un agente ministerial.
El director de la PME, Juan Luis Galán Ruiz, ordenó que fuera concentrado y de manera inicial se encuentra a disposición del segundo al mando de la corporación, el comandante Medellín, mientras estudian qué hacer con él de manera administrativa, por haber incurrido en fallas dentro de sus labores al servicio de la sociedad.
El comandante Florencio Rodríguez no se encuentra en la lista de aceptación de sus contemporáneos y de quienes tiene o tenía a su mando, por una sola razón: lo acusan de “tirarse a los pies” de los directivos de la Ministerial, asegurando con esto su mando en una zona donde el crimen organizado pasa continuamente.
Personal de la PME mantenía al comandante Rodríguez Vázquez en una especie de “quiniela”: aseguraban que le iba a pasar lo mismo que al jefe de grupo Fabián, que también “se tiró a los pies” de sus jefes y terminó interno en el Penal de San Miguel, acusado de múltiples delitos.
La suerte de este comandante es aún incierta, lo que es cierto es que ya apareció otra “quiniela” en la aseguran que el siguiente es José Solís Briones. ¿Será?
Huachinango arde
En este espacio le comenté de la presencia de hombres disfrazados de policías preventivos que, con radios en mano, vigilaban al menos cinco colonias de la ciudad de Huauchinango; que los desconocidos no atendían las preguntas de vecinos cuando les pedían que se identificaran y que las corporaciones de policía asentadas en esa zona preferían no intervenir ni siquiera para averiguar la procedencia de los armados, que no son de ninguna policía comunitaria.
Ahora le comento que José Isaías Barrios García, comandante de la Policía Municipal de Huauchinango, fue herido de un disparo de arma de fuego en un costado del tórax, por un sujeto desconocido que lo esperaba a la salida de su domicilio en la colonia Santa Catarina y que le disparó a quemarropa para luego darse a la fuga.
Tras la agresión armada, que demuestra la fragilidad de los jefes policíacos de sufrir un atentado, un comunicado de la presidencia municipal de Huachinango indica que el comandante fue blanco de una venganza por “el alto rendimiento al combate a la delincuencia” y por las “múltiples detenciones que ha realizado”.
Le comentó al lector, sin ánimo de ser agorero, que uno de los municipios del estado donde se reporta el incremento delictivo —sobre todo por secuestros, extorsiones, asaltos y homicidios— es la zona de Huauchinango, donde incluso se han perpetrado los más violentos “feminicidios”.
Se dijo que el comandante Barrios García no resultó con heridas de consideración, incluso se dijo que este hombre a punto estuvo de detener a su agresor, porque hubo un forcejeo pero éste se le escapó. De película.
Anuncian más revisión a bares en Puebla
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) informó que de manera sorpresiva los negocios de giros “negros” que operan en Puebla con la venta de bebidas embriagantes, así como espectáculos como tabledance, además de presencia de mujeres, van a seguir siendo registrados en busca de drogas, armas de fuego o blancas, de que no se cometa el delito de trata, además de que no haya presencia de menores de edad ingiriendo bebidas embriagantes.
Le comentó al lector que muchos de estos negocios, sobre todo los “botaneros”, además de restaurantes-bar y cantinas, sin dejar de mencionar uno que otro motelito de paso (de los que se ubican en el centro de la ciudad), se “ponen a mano” con las autoridades municipales —Normatividad— a través de un líder identificado como Fulgencio o “Don Ful”, y donde no van a poder meterse, pese a que en estos negocios hay prostitución “obligada”, además de presencia de menores de edad, pero negocios como éstos nunca son molestados.
Nos vemos cuando nos veamos.