Después de la dolorosa derrota que Cruz Azul le propinó al Puebla en sólo 8 minutos, en la grama del mundialista Cuauhtémoc, Rubén Omar Romano seguramente comprendió que no es lo mismo jugar ante Chivas, que es un conjunto alicaído y colmado de jóvenes, de refuerzos —De Nigris, Sabah y Márquez— y cracks —Marco Fabián— que únicamente enfrentar a conjuntos de mayor envergadura, como Cruz Azul. Además, el entrenador argentino no tuvo la onza para modificar a tiempo el sistema táctico de sus dirigidos cuando les apedreaban el gallinero.
La ferviente afición poblana festejó como nunca el gol del estadounidense Michael Orozco cuando mejor jugaba Cruz Azul, pero en esos momentos de desconcierto celeste, La Franja no tuvo la fuerza necesaria para rematar al enemigo.
El director técnico poblano nos ha acostumbrado a ver a sus equipos jugar de forma alegre a la ofensiva. Pero ante Cruz Azul no ocurrió así en el complemento. El Puebla regaló la iniciativa a la Máquina celeste y si no lo dispuso así en el entretiempo, Rubén fue superado ampliamente por Guillermo Vázquez en todos los sectores de la dirección técnica.
La historia del segundo tiempo fue similar a los primeros 45 minutos, un Cruz Azul decidido, un Puebla sin capacidad de reacción y sin la fortuna del primer lapso.
En descargo de lo mucho o poco que realizó Romano y su equipo se puede asegurar que el gol de la victoria del ecuatoriana fue un golazo de ésos que la afición disfruta en Europa jornada a jornada.
 
América se roba la Liga
En el llamado “Clásico del Periférico”, Águilas se adueñó de la Liga con dos partidos menos jugados (5 de 7). Los 13 puntos del equipo del consorcio Televisa señalan que no sufre de “campeonitis” y quiere alcanzar la Liguilla antes que sus escoltas León, Morelia y Cruz Azul.
Los americanistas seguramente son los más felices de México por ver a su equipo en la cumbre y a Chivas, su odiado rival, en el casillero 16 de 18 posibles.
El mal de Guadalajara da la impresión de ser mortal en este torneo, en el que al parecer tampoco calificará porque los 4 puntos y la diferencia de menos 7 goles reflejan el pésimo paso del conjunto de Jorge Vergara. El propietario se lava las manos al asegurar que los jugadores fallan y él no juega ni dirige, pero él prometió contratar a los mejores jugadores y al mejor entrenador, promesa incumplida en más de una década.