Hoy que vivimos en el estado de las puntadas y las ocurrencias como sistema de gobierno, no estaría mal que el Señor de los Cerros abriera una consulta popular para que los poblanos pudiéramos presentar las nuestras, y así enriquecer el parque de diversiones en el que ha convertido a la Angelópolis.
Me parece que si en Puebla la mayoría de los ciudadanos votaron por él, también tienen el derecho a participar en el festival de las ocurrencias para poder democratizar nuestro nuevo parque temático.
Si bien es cierto que las “geniales” ideas, como las de la ruedota de la fortuna y el teleférico difícilmente se nos hubieran ocurrido a cualquiera de nosotros los mortales, también es un hecho que como poblanos podemos aportar nuevas ideas para seguir haciendo de Puebla una ciudad de primer mundo.
Así las cosas, y sin el ánimo de competir con el talento creativo de nuestro gobernador, me permito proponer un par de ideas para enriquecer nuestro próspero centro de diversiones.
De entrada, se me ocurre la construcción de un gran acuario para poder exponer las especies y criaturas que habitan tanto en el lago de Valsequillo como en los ríos Atoyac, Alseseca y Zapatero.
Imagínese usted el orgullo que representaría para los poblanos que nuestros visitantes asistan al “Acuario más grande del mundo”, igual que nuestra rueda; aunque para lograr la certificación tengamos que decir que es el más grande del mundo pero de los que tienen peces provenientes de aguas negras.
A fin de cuentas, Guiness certifica cualquier ocurrencia a cambio de un billete.  
Y si mi idea del Súper Acuario no cumpliera con las ambiciones del Señor de los Cerros, se me ocurre la construcción de un tren eléctrico, similar al que cruza Disneylandia, para que nos traslade desde la Estrella de Puebla hasta la Ex Hacienda de Chiautla.
Ante la falta de un palacio como el de Versalles, o un castillo como el de Buckingham, los poblanos podríamos viajar en un tren bala para llegar en cuestión de minutos a la Ex Hacienda de Chiautla y caminar por los jardines de este edificio, que pese a no tener ningún valor histórico ni arquitectónico es lo que más se le acerca a los grandes palacios europeos.
Con estas nuevas atracciones, Puebla tendría rueda de la fortuna como Londres, teleférico como Masada, acuario como Atlanta, tren bala como Tokio y castillos como Paris.
Lo increíble de este asunto es que, aunque usted no lo crea, en la cabeza del gobernador ronda una de las dos ideas que hoy les presento como propias.
No se rían y tómenlo con la seriedad del caso, porque en Casa Puebla se trabaja en el proyecto de una de estas dos ideotas, para sumarse a la Puebla de fantasía que el Señor de los Cerros nos quiere heredar a todos los poblanos.
Les dejo de tarea adivinar cuál es el nuevo sueño morenovallista: si la construcción de un súper acuario con especies provenientes de nuestros veneros acuíferos o instalar un tren bala que una a la Estrella de Puebla con la Ex Hacienda de Chiautla.
Total, qué más da que Puebla tenga el índice más alto en cuanto a pobreza extrema de todo el país, si podemos tener el parque de diversiones más grande del mundo.
Si yo fuera Disney, me pondría a temblar.