Este día se llevarán a cabo dos eventos claves para concretar la privatización del Sistema Operador de Agua Potable de Puebla (SOAPAP).
El primero se llevará a cabo en el Congreso del estado, cuando por mayoría se apruebe la iniciativa enviada por el ejecutivo del estado para que sin el aval del Congreso local sea el propio sistema operador el que fije las tarifas por el servicio del vital líquido.
La segunda, no menos importante, se llevará a cabo en el cabildo de Puebla, donde se espera que también por mayoría los regidores aprueben que el Sistema Operador de Agua Potable pueda celebrar contratos con particulares en lo referente a algunos de los servicios que brinda, así como para conformar un sistema metropolitano de manejo de agua, lo cual “cierra el círculo” de la venta de la paraestatal.
Cabe señalar que desde diciembre del año pasado, a iniciativa del Partido Verde, en el Congreso local se modificó el artículo 30 de la Ley de Aguas y se creó el artículo 117 transitorio para dar paso a la privatización de este organismo, cuyos pasivos ascienden a más de 2 mil 700 millones de pesos.
La modificación, realizada de última hora y publicada el 31 de diciembre del 2012, establece en su artículo 30:
“Los sectores social y privado con apego a las disposiciones legales aplicables podrán participar en:
I) La prestación de los servicios públicos.
II) La administración operación y mantenimiento total o parcial de los sistemas destinados a la prestación de servicios públicos
III) El diseño, construcción, ampliación, supervisión, operación, mantenimiento, vigilancia y control de obras de los sistemas hídricos y proyectos relacionados con los servicios públicos, incluyendo su financiamiento.
IV) La gestión para la eficiencia administrativa y comercial.”
El círculo se cierra el día de mañana, para ahora sí dar paso a la entrada de la empresa Metroagua, de Colombia, cuya avanzada —como lo adelanté oportunamente— se instaló en el SOAPAP, para comenzar a estructurar lo que será el nuevo organismo, de la mano del capital privado.
Punto medular del nuevo esquema de privatización será la aprobación por parte del ayuntamiento de Puebla, y de este modo cerrar la pinza en torno al tema del SOAPAP, organismo que en su momento peleó para que regresara a manos del municipio Gabriel Hinojosa Rivero y que fue tema de una controversia constitucional contra el gobierno de Manuel Bartlett Díaz, la cual concluyó años después a favor del hoy senador del Partido del Trabajo.
Ojalá la nueva experiencia de privatización redunde en un mejor servicio por parte de la empresa que se hará cargo del manejo del SOAPAP.
Cabe señalar que actualmente si Puebla cuenta con agua se debe al trabajo realizado por la administración del antes mencionado Manuel Bartlett Díaz, quien a “sangre y fuego” logró la perforación de 10 pozos del acuífero de Nealtican, cuyo acueducto de poco más de 25 kilómetros surte a una buena parte de las colonias, sobre todo del sur y el oriente de la capital del estado, las cuales en algunos casos tardaron hasta 15 años sin contar con una sola gota de agua potable.
El acuífero de Puebla se encuentra agotado por la sobreexplotación y existe una veda para perforar más pozos en la zona, por lo que las nuevas autoridades, así como la empresa que se haga cargo del manejo del SOAPAP, necesariamente deberán de buscar nuevas alternativas para una megalópolis que sobrepasa el millón y medio de habitantes.
El gran reto de la administración estatal en su segundo periodo, el cual inicia el próximo 1 de febrero de 2014, es sin duda buscar nuevas fuentes de abastecimiento para la Angelópolis y hacer autofinanciable al SOAPAP, lo cual se ve francamente imposible si se continúa con la política de sólo cobrar cuotas a los ciudadanos y condonar pagos a las grandes cadenas comerciales, como el Palacio de Hierro y Liverpool, como en su momento lo evidenció hace dos años Intolerancia Diario.