Qué oscuros intereses se encuentran detrás de la autorización a la empresa Mineras Espejeras, filian del Grupo Frisco, propiedad del hombre más rico del mundo, para deforestar el ecosistema de una de las zonas más hermosas del estado, que es la Sierra Norte de Puebla.
Por qué a pesar de estar demostrado el enorme daño que se le pueda causar al municipio de Tetela de Ocampo ya hay permisos para que la empresa comience a trabajar en busca de oro, sin importar el trastorno que provocará al ecosistema la presencia de maquinaria pesada en la zona.
Y es que alguien debe levantar la voz de alarma con lo que ocurre en la Sierra Norte del estado, la cual, como maldición, registró primero la fiebre petrolera en Chicontepec, municipio de Venustiano Carranza, y ahora la del oro en municipios como Tetela de Ocampo e Ixtacamaxtitlán.
Por qué las autoridades federales y locales callan ante la violenta invasión que se ha hecho en una de las escasas zonas boscosas que aún queda en el estado.
Por qué no les importa el futuro de miles de familias que se verán afectadas por la contaminación de sus mantos freáticos debido al uso de sustancias como el cianuro, que se utiliza para la explotación del oro y la plata.
Hace unos días un grupo de biólogos de la UNAM y la UAP expusieron ampliamente las consecuencias devastadoras de ejecutar actividades mineras en la zona, y se dio a conocer el descubrimiento de tres nuevas especies endémicas de anfibios, cuyo registro se encuentra en proceso.
Entonces, por qué diablos la Semarnat liberó los permisos correspondientes y entregó las licencias para que la empresa de Carlos Slim pueda impunemente destruir la riqueza natural de esta zona.
En dónde están los ambientalistas que a la menor provocación por la tala de un árbol se tiran al piso y hoy callan ante la barbarie ecológica que se va a provocar con el inicio de operaciones de la empresa Mineras Espejeras.
Existen múltiples pruebas de la forma poco escrupulosa en que la empresa de Slim se comporta en la explotación de los recursos naturales, ya que el año pasado se hizo acreedora a una sanción por parte de la Profepa, luego de realizar más de 80 barrenos sin haber cumplido con todos los requisitos establecidos.
Alguien debe de voltear los ojos hacia lo que ocurre en la Sierra Norte de Puebla, que está a punto de convertirse en víctima de un verdadero ecocidio, cuyas consecuencias vamos a pagar todos los que habitamos este planeta.
Entre los cambios que podría traer al ecosistema la explotación de oro y plata en la zona se encuentran el arrastre de nutrientes, la erosión hídrica y la pérdida de suelo fértil; asimismo, habría pérdida de interacciones en diferentes niveles tróficos, posible contaminación química de los cuerpos de agua con exceso de fragmentación en el ambiente, perturbación a la flora y fauna por el efecto borde, cambios permanentes en el clima regional, aumento en la temperatura, reducción en la cantidad de lluvia e incluso una catástrofe socioeconómicas.
Es increíble que, a pesar de todos los llamados de alerta, las autoridades estatales y federales hagan caso omiso y hayan dado “luz verde” a la explotación de oro en el cerro Espejera, cercano a Tetela de Ocampo.
La “fiebre” del oro invadió a la Sierra Norte de Puebla y, como casi siempre, lo que se pronostica es que traerá más hambre y más miseria a una zona que de por sí padece los efectos de la pobreza.
 
La tradicional cena de Tribuna
Corren ya las invitaciones para la tradicional cena del grupo Tribuna Comunicaciones, que encabeza el periodista Enrique Montero Ponce.
El evento se llevará a cabo el próximo 17 de octubre en el salón San Francisco del hotel Presidente Intercontinental, y sirve también de marco para la conmemoración de los 44 años de Tribuna Radiofónica, el espacio en donde don Enrique ha informado de manera ininterrumpida.