Las autoridades estatales tuvieron que recurrir a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para autoconvencerse de la crítica situación que padece de la educación en Puebla.
Para nadie es desconocido que en Puebla la educación simplemente no camina, que está en manos de un sindicato que se preocupa más por sus intereses grupales que por contribuir a mejorar la calidad educativa.
Ayer el estudio de la OCDE, denominado “Mejorar la educación en México, una perspectiva estatal desde Puebla”, concluyó cinco puntos cruciales:
1. El financiamiento en infraestructura es mínimo, sólo 14 por ciento del presupuesto.
2. Las escuelas se financian con las cuotas de los padres de familia.
3. El control del SNTE en la creación de nuevas plazas y contrataciones.
4. Directores de escuelas sin capacitación.
5. Mínimas, las plazas a concurso.
Sin duda, son problemas endémicos del sistema educativo nacional, pero con una fuerte carga en la entidad.
Educación de cantidad más que de calidad
El estudio de la OCDE revela que en Puebla se han alcanzado altos niveles de matrícula en la educación primaria y media básica, pero a muchos se les dificulta continuar.
Por cada 10 estudiantes que ingresan a la educación primaria sólo seis (62%) concluyen la educación básica nueve años después y cuatro (42%) se gradúan de la educación superior a tiempo.
De hecho, el estudio de la OCDE recalca que uno de cada cinco estudiantes repite un año en la escuela primaria. Si bien pocos estudiantes abandonan la educación superior —en comparación con el promedio nacional—, los niveles son muy bajos desde una perspectiva internacional.
Aún más, en Puebla sólo 35 por ciento de los jóvenes de 25 a 34 años de edad ha terminado por lo menos la educación media superior y 20 por ciento la educación terciaria o superior.
De acuerdo con el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA) 2009, el rendimiento escolar general de los jóvenes de 15 años de edad es muy bajo. La calificación media fue de 433 en Puebla, 425 a nivel nacional, y en la OCDE de 493.
Aunque ha habido mejoras notables en lectura desde 2003, un número considerable de estudiantes poblanos no alcanzan el nivel 2 o más —35 por ciento en Puebla, 40 por ciento en México y 19 por ciento en la OCDE—. En tanto, la proporción de estudiantes de alto rendimiento es muy pequeña —0.3 en comparación con 0.4 por ciento en México y 7.6 por ciento en la OCDE—.
La prueba ENLACE, recalca el estudio de la OCDE, indica que en los últimos años se ha mejorado tanto en español como en matemáticas, en todos los niveles, pero también que muchos estudiantes obtienen malos resultados.
Sin duda, el estudio de la OCDE es revelador y confirma lo que la mayoría de los poblanos saben de la educación.
El reto es romper los paradigmas existentes y sobre todo romper con los actuales esquemas que dominan y tienen bajo su yugo al sistema educativo poblano.
El objetivo es por todos deseado. Pero, ¿las autoridades tendrán la voluntad y capacidad política para romper con el actual status quo?
Le respuesta está por verse, de lo contrario, será un diagnostico más para no hacer nada.