1. Para entender la necedad diputadil de cambiar algunas funciones de las juntas auxiliares tendríamos, a final de cuentas, que comprender el centralismo político latinoamericano.
1.1. Éste consiste en aplicar el tipo de gobierno centralista que gozamos todos los latinoamericanos durante 300 años a manos de España, y algunas décadas más bajo nuestros propios hermanos convertidos en dictadores permanentes, donde sus gobiernos se convirtieron en satrapías aún más perniciosas que el coloniaje ejercido por los conquistadores peninsulares, toda vez que los conquistadores eran depredadores ajenos a nuestras raíces, mientras nuestros políticos eran carne y hueso criollo.
2. De ahí que los mexicanos cuando ejercemos el gobierno lo reflejamos impidiendo que otros nacionales crezcan. De alguna forma, procuramos por todos los medios posibles que los otros no tengan independencia ni opinión. Esta actuación habitualmente conservadora choca contra la concepción liberal que impulsa por todos los medios posibles el desarrollo personal y grupal. Mientras los conservadores suprimen el ejercicio de acciones independentistas, los liberales alientan a que los seres humanos crezcan en dimensión asumiendo responsabilidades.
3. Los conservadores son inventores de las mentiras que sean necesarias para lograr sus objetivos y, en el caso de las juntas auxiliares municipales, la ignorancia de la poblana sociedad admite por comodidad la mutilación de acciones que permiten una evolución normal del vecindario hasta lograr el rango de ciudadanía. 
3.1. Es totalmente falso que: 
a) las juntas auxiliares manejen recursos económicos. La ley se los prohíbe, tan es así que no cobran ningún impuesto, derecho o servicio, a excepción de las actas del registro del estado civil, pagando de esos ingresos el papel oficial, los gastos para venir a comprarlo no una vez, sino varias (pues a veces no hay en existencia), además del pago al personal que lo hace, toda vez que los miembros xunteros jamás, ni por asomo alguno, cobran bajo nómina (la ley de egresos nunca lo ha contemplado), mientras la nómina central seca el tesoro municipal. 
b) Sí reciben una mínima cantidad todas y cada una de las seiscientos y pico xuntas existentes en nuestra entidad, cantidad que ofendería al lector si la conociera. La entrega es mensual y si no justifican no se les entrega lo del mes siguiente. 
c) Por último, hacen alharacas los diputados conservadores de los altos ingresos que reciben los gobiernos auxiliares periféricos capitalinos por actas de nacimiento y documentos supuestamente ilegales; tan no es así, que en caso de ilegalidad, los usufructuarios habrían denunciado los hechos. 
El cercenamiento de los actos junteros ocasionará en la capital, Tehuacán, Teziutlán, Texmelucan, Izúcar, Atlixco, Huauchinango, Tepeaca y seis más:
a) Invasión de las vías de comunicación por pérdida de intervención en la gobernación de los pueblos. Idénticamente, como hace todavía cinco lustros, que el campesinado invadía la capital por sus problemas locales.
b) Pérdida de la evolución normal de esas sociedades junteras, pues disminuirán sus posibles habilidades, destrezas y responsabilidades sociales apenas en vías de ser adquiridas. 
c) Confinamiento ilegitimo a ser (no sé que) desconcentrado, como sí todos los vecinos de cada pueblo fuesen asalariados, esclavos, vasallos, de algún señor feudal que les dice: “Ustedes, todos harán esto o lo otro”. 
Mesura, información, lealtad a quién les paga con creces deben tener los promotores de tal idea; no suceda que alguna chispa incendie los pastos existentes de varias inconformidades.
 
Nuestra casa
Caminar entre las calles del centro histórico gozando del espectáculo arquitectónico e ingenieril es propio de señores, aun cuando sus autoridades no tengan idea de ello; no éstos, sino también varios de los anteriores. Cuenca, Ecuador, la patria del patriota Correa, con una vigésima parte de nuestro centro, genera 16 mil empleos directos. Conózcalo.
 
* Consejero de la Fundación Colosio capítulo Puebla. 
 Asesor de IDEAS ONG’s Internacional