Cuando el liderazgo se pierde por la falta de resultados positivos no queda de otra más que abandonar el puesto para dar paso a la reestructura.
Pablo Fernández del Campo no tiene recursos para mantenerse al frente del PRI estatal; durante su gestión perdió 23 de las 26 diputaciones locales y fue incapaz de recuperar los principales municipios perdidos en 2010, incluido Puebla capital.
En estos momentos al PRI le urge un cambio de mando, una nueva visión política que trate de reorganizar al partido que se comporta como comandos aislados en los 217 municipios.
Sin embargo, Pablo Fernández del Campo, en su discurso, descartó cambios en la dirigencia estatal del PRI y pide a quienes aspiran que guarden la mesura y no se precipiten en su búsqueda de la dirigencia del tricolor.
¿Quién obedecerá esa indicación?
La autoridad moral que tenía la perdió hace tiempo.
Fernández del Campo se desempeña en un interinato como delegado presidente nombrado por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, toda vez que el exdiputado local Fernando Morales Martínez dejó la dirigencia estatal del tricolor. El actual período estatutario corresponde a la dirigencia electa en 2010, cuyo período culmina en octubre de este año. 
Los que sabemos de política, asegura el diputado local —gracias a las derrotas del tricolor—, sabemos esperar los tiempos. “Los tiempos los marca el Comité Ejecutivo Nacional. Y ahí, el que está atento no se equivoca”.
¿Quién le cree?
Incluso, el diputado local Pepe Chedraui puntualizó que a Pablo Fernández del Campo “ya se le acabó el tiempo en la dirigencia”.
Todo mundo sabe que en el PRI ya hay aspirantes que buscan su lugar y que la renovación de la dirigencia está en puerta, toda vez que urge reestructurar un partido maltrecho.
En ese sentido, la diputada local del PRI Silvia Tanús Osorio considera que todos los priistas aspiran a dirigir la vida del PRI y que es sano que el CEN emita una convocatoria porque en estos momentos difíciles que vive su partido político en el tricolor se trabaja a partir de especulaciones.
Entre los que han “levantado la mano” para la dirigencia tricolor y se mencionan en los corrillos políticos están el exdiputado federal y actual delegado de Sagarpa, Alberto Jiménez Merino; la diputada federal Rocío García Olmedo y el presidente del Icadep a nivel nacional, Guillermo Deloya.
Sin duda, el discurso de Fernández del Campo empieza a carecer de sustento real para mantenerse en el cargo.
La cuenta regresiva está en marcha.