Ayer formalmente arrancó la reestructuración del maltrecho priismo poblano.
Como en los últimos años, los grupos que tienen secuestrado al PRI en Puebla se arremolinaron en torno a los dirigentes nacionales para presumir una supuesta fortaleza.
Para su sorpresa, las reglas fueron claras.
El delegado regional zona sur —que incluye a Puebla—, René Juárez Cisneros, llegó a poner orden.  
1. De entrada, paró en seco a los adelantados aspirantes que andan tras la candidatura a la gubernatura. “No pelearse por el 2018 si antes los grupos priistas de Puebla no ganan el 2015 y el 2016.
2. Advirtió a los priistas que su lealtad debe estar con su partido y con su jefe político, Enrique Peña Nieto.
3. Pidió a los priistas no dejarse consentir por “canonjías”, prebendas o “cochupos”, “que seguramente en los próximos años van a estar en la mesa”.
Y el mensaje fue directo para quienes han lucrado con el tricolor en los últimos años: “¡Aguas con los cañonazos! Ustedes saben a qué me refiero. Blindémonos contra los cariños, las canonjías, los privilegios”. 
4. Fijó el perfil que debe tener el próximo presidente estatal del PRI. “Hay que organizar al partido, una vez que esté reestructurado. Por criterio de inclusión que nadie crea que por ser el presidente del PRI en Puebla es el dueño del PRI. Debe haber inclusión”.
En el PRI caben todos los grupos, recalcó.
Una nueva carga de optimismo recorre el priismo poblano.
En el discurso parece que la reestructuración arranca bien.
Será en la práctica donde realmente se vea si los priistas poblanos tienen la capacidad para resurgir de sus cenizas.
 
Imperan la línea y el mayoriteo
Finalmente la “línea” imperó en el Congreso.
Como era de esperarse, el “clientelismo” del grupo en poder imperó en la designación del presidente de la Comisión de Desarrollo Rural en el Congreso.
El diputado panista Germán Martínez Manzano, que llegó al Congreso de rebote, será el encargado de defender las políticas públicas de los campesinos poblanos.
Sin duda, la política de los mototractores imperará en los próximos años en Puebla. Contrario a lo que está sucediendo a nivel nacional con las nuevas políticas para elevar la productividad del sector agropecuario.
Esperemos que rectifiquen el camino.