En una de las primeras acciones de la naciente Legislatura del Congreso local, la solicitud de una línea de crédito por 3 mil millones de pesos por parte del gobierno del estado será desempolvada.
Ayer, en la instalación de la Comisión de Presupuesto y Crédito Público del Congreso apareció el primer diputado acomedido para reactivar el tema. Fue el diputado perredista Ignacio Mier Bañuelos quien abrió el expediente.
Pero valdría la pena que, antes de autorizar cualquier crédito para el gobierno, se transparentara el verdadero monto del endeudamiento a través de los Proyectos de Prestación de Servicios, mejor conocidos como PPS.
En un asunto de congruencia y responsabilidad, los diputados —como representantes de la sociedad— deben investigar a fondo por qué la anterior Legislatura no quiso abordar el tema y mandó el asunto a la congeladora legislativa
Recordemos que dicha Legislatura, aprovechando la contundente mayoría de los diputados emanados de la coalición Compromiso por Puebla y en complicidad con los agachones diputados priistas, permitió que el gobierno se despachara con la cuchara grande disfrazando la deuda a través de los PPS. Por ejemplo, sobresale el costo total de la obra del CIS, que cual ronda en más de 2 mil millones de pesos y con lo cual se empeñaron los ingresos derivados del Impuesto Sobre la Nómina durante las próximas tres décadas.
Y así como está el caso del CIS, existen infinidad de obras construidas a través de la figura de los Proyectos de Prestación de Servicios, los cuales operan con intereses muy superiores a los créditos bancarios que otorgan a través de la deuda pública convencional.
No debe espantarnos que el gobierno busque una línea de crédito. Lo grave es que no se transparente el endeudamiento de la administración estatal a través de los PPS, que suman varios miles de millones de pesos.
Ojalá que la nueva Legislatura, particularmente la bancada priista, levante la voz y, antes de aprobar el endeudamiento por 3 mil millones de pesos, exija al gobierno de Moreno Valle hacer públicos los montos de la deuda disfrazada.
Los partidos de oposición tienen la oportunidad de corregir el servilismo de sus antecesores en el Congreso local, o de convertirse en comparsas de una administración poco transparente.