Más allá de las especulaciones político-partidistas, Fernando Manzanilla representa, en estos momentos, para PAN estatal y nacional, un factor aglutinador de los diferentes grupos dispersos, abandonados, perseguidos y confrontados del panismo.
Cuando toda parecía que la reelección de Gustavo Madero se concretaría de forma por de más simple, surgió un movimiento aglutinador al interior del PAN, para evitar a toda costa que Madero continúe en el cargo.
Entre estos liderazgos, el de Fernando Manzanilla juega un papel fundamental. En Puebla fue para reactivar la esperanza de los viejos panistas y unificarlos para ir por una causa común.
El sábado pasado San Pedro Cholula logró sumar apoyos para Juan Manuel Oliva, que busca la dirigencia nacional. Y el mensaje fue contundente: Agarrados de la manos alzaron los brazos en pos de victoria tres exdirigentes del PAN estatal: Juan Carlos Mondragón Quintana, Francisco Fraile García, Ana Teresa Aranda y el exoperador político del morenovallismo Fernando Manzanilla Prieto.
Antes, el martes 4 de febrero, el exsecretario general de Gobierno propició un golpe mediático al grupo en el poder al reaparecer en el Complejo Cultural Universitario (CCU) en tercer informe de gobierno de Eduardo Rivera Pérez. Ahí, junto con Josefina Vázquez Mota, Ernesto Cordero y Juan Manuel Oliva Ramírez, mostró, una vez más, unidad partidista.
Hasta el momento, los resultados de Fernando Manzanilla han sido positivos para su causa.
En 2010 encabezó la maquinaria de una coalición opositora multipartidista para llevar al poder a Rafael Moreno Valle.
Tras el triunfo electoral, fue el primer secretario de Gobierno de la administración morenovallista.
El año pasado —2013— dirigió la campaña de Antonio Gali Fayad a la alcaldía de Puebla. El resultado fue demoledor para el PRI y logró que Tony Gali ganará con más de 308 mil sufragios para, con ello, darle continuidad a un gobierno de coalición encabezado por el PAN.
Manzanilla Prieto llegó a la LIX Legislatura local como diputado plurinominal, pero jamás rindió protesta al cargo y anunció públicamente que no sería legislador aduciendo “razones personales”.
El hecho de que Manzanilla Prieto no rindiera protesta metió en un brete a la fracción morenovallista en el Congreso local. En su lugar, su suplente, el contralor Eukid Castañón, luego de renunciar hace algunas semanas al cargo de contralor estatal rindió protesta como diputado.
Sin embargo, el exdirigente estatal del PAN Juan Carlos Mondragón Quintana impugnó ante los tribunales electorales federales su nombramiento como diputado debido a que habría incurrido en el supuesto de ser inelegible porque renunció al cargo estatal hace algunas semanas.
Hoy, sin reconocer una ruptura con el morenvallismo, Manzanilla vuelve a jugarle las contras al grupo en el poder al impulsar la candidatura de Juan Manuel Oliva.
¿Manzanilla mantendrá su racha ganadora o, por primera ocasión, perderá una batalla como estratega y operador político?
Eso está por verse.