Así como los abogados tienen capacidad para convertir a un delincuente en un ser impoluto y los contadores tienen herramientas para convertir a los actos fraudulentos en ganancias millonarias, los funcionarios, a través de la comunicación política, pueden minimizar los acontecimientos que dañan la imagen de un gobierno.
Sin embargo, así como el delincuente seguirá siendo delincuente por más que el abogado nos haga creer lo contrario, los actos fraudulentos o ineficientes seguirán siendo delitos o pérdidas por más que nos dibujen los balances con grandes ganancias.
Los políticos no pueden ocultar la realidad que vive una demarcación por más manipulación que hagan de los hechos.
Y es lo que le esta pasando a las autoridades estatales, que tratan de maquillar la creciente ola de violencia que vive el estado.
Primero, utilizar la trilladísima frase “son casos aislados”.
Para evitar caer en la repetición fraseológica, el procurador general de Justicia, Víctor Carrancá Bourget, acuñó una nueva expresión: “Son casos esporádicos”. La usó para referirse a la detención de Daniel Fernández, alias “El Pelacas”, la madrugada del miércoles en un operativo de la Marina en el fraccionamiento La Vista.
Mientras las autoridades se empeñan en recitar que no hay hechos de violencia y detención de jefes de la delincuencia organizada, los hechos los desmienten una y otra vez.
En los últimos cuatro años en la entidad se han detenido capos de la delincuencia. En todos los casos han sido hechos aislados o esporádicos, según las autoridades.
El 15 de octubre de 2010, la Marina Armada de México ubicó a Miguel Ángel Treviño Morales, el “Z-40”, en la región de Alchichica; sin embargo, no logró capturarlo debido al numeroso grupo de sicarios que lo protegía.
El 12 de septiembre de 2010, la Secretaría de Marina montó un fuerte operativo en el fraccionamiento Puerta de Hierro, donde cateó un domicilio y capturó a Sergio Enrique Villarreal Barragán, alias “El Grande”, lugarteniente de los Beltrán Leyva.
En julio de 2012, también la Marina encabezó dos operativos en los fraccionamientos Bosques de Angelópolis y Villa Satélite La Calera, en los cuales detuvieron a William de Jesús Torres Solórzano, “El W” y/o “El Come Gusanos”. Este sujeto era responsable del trasiego de droga y dinero de los Zetas, entre Guatemala y la frontera norte de México, y colaborador cercano de Mauricio Cárdenas Guizar, “El Amarillo”, presunto jefe de Los Zetas.
Mientras no se tomen cartas en el asunto, seguirán los hechos aislados y, a partir de ahora, “esporádicos”.