En la ciudad de Puebla y sus alrededores, la mano del “crimen organizado” se ha dejado sentir de manera principal en negocios de “giros negros”, sobre todo en la zona de San Andrés Cholula y la misma recta que comunica a la ciudad de Puebla con la ciudad de San Pedro. Recientes casos de “levantones” y “ejecuciones” dan muestra del incremento de la violencia que preocupa a los poblanos y que en zonas como San Pedro Cholula y la misma ciudad de Puebla los encargados de la seguridad pública le están dando la principal atención.
No está por demás decirles que los recientes operativos en este tipo de negocios en las ciudades de San Pedro Cholula y la misma ciudad de Puebla han llevado el principal fin de persuadir a este tipo de delincuencia para que busque otro lugar dónde operar; lamentable que esto no esté ocurriendo en San Andrés Cholula, donde se tiene uno de los principales corredores de negocios de venta de bebidas embriagantes, e incluso drogas.
En este espacio se ha mencionado este tipo de temas y como consecuencia llegó a esta columna una queja de vecinos de la colonia Los Ángeles, donde opera un negocio de “giros negros”, donde vecinos aseguran sus principales clientes son “cocainómanos” que llegan a bordo de lujosos vehículos y quienes en el interior arman sus “fiestas privadas”, donde se teme que de un momento a otro se puedan dar hechos de violencia, luego de que estos mismos “clientes” ingresan armados.
La carta dice que el negocio denominado Mens Club Cartier, en el 3506 de la 25 Poniente, ya fue clausurado por el ayuntamiento por diversos tipos de escándalos y que los buenos “oficios” del o los propietarios llevaron a que el negocio no sólo fuera reabierto, sino que además se anuncie por las redes sociales como Facebook, con fotos, sin el más mínimo recato. “La prostitución” en todo su esplendor.
De este negocio resalta el mail que el dueño, del que sólo lo conocen como “Paco” o “Francisco”, dice haber trabajado en Pemex, donde a través de diversos “trucos” se hizo de suficiente dinero no sólo para ser propietario de uno de estos negocios, sino de otros más que se ubican en territorio poblano, incluido un rancho, además de que este hombre presume su cercanía con el “crimen organizado”, cuyos personajes —dice— “amenizan sus fiestas”.
Este mismo personaje que presume vehículos de modelo reciente y guardaespaldas amenaza a los vecinos y quienes protestan por sus escándalos de que “no se la van a acabar”, además de que dice que su centro de operaciones se encuentra en todo el territorio poblano y “gente de confianza” proviene del vecino estado de Veracruz.
Lejos de que sea cierto o no lo que presume este personaje, es necesario que las autoridades correspondientes realicen una visita al negocio en cuestión para descartar o constatar que se estén cometiendo uno o más delitos.
Por cierto, “don Paco” dice que sus principales ganancias se encuentran en el “cuachicoleo”.
 
¿Juez transa en Matamoros?
Desde el 18 de septiembre de 2013 Graciela Acuña Castro, vecina del estado de Morelos, se encuentra internada en la cárcel de Izúcar de Matamoros acusada por el delito de chantaje en agravio de Albino García Rodríguez, apoderado de la empresa Ultravisión.
Según el proceso 306/2013, Graciela y otros dos exempleados de Ultravisión que ganaron un juicio laboral en contra de la misma, tras ser despedidos de manera injustificada, amenazaron primero via telefónica y luego en persona —el 15 y 16 de enero— al apoderado legal, a quien le advirtieron que “iban a matar a su familia si no les daban un millón de pesos en efectivo”.
Graciela fue la única detenida por este presunto delito, un ciudadano de origen alemán y otra mujer lograron escapar.
El caso fue turnado al juez de Primera Instancia de Izúcar de Matamoros, Alberto Bagatella Bermúdez, de quien la afectada esperaba un poco de congruencia. ¿Cómo era posible que tres empleados que le ganaron un juicio laboral a la empresa Ultravisión para la que laboraban, y aún así amenazaran al apoderado legal?
¿Para que?
Además, porqué la amenaza iba a centrarse contra el apoderado legal, si éste es un simple empleado.
Pero el juez Bagatella —quien ya había sido acusado por irregularidades como ésta— se paso “por el arco del triunfo” los argumentos de la acusada y le dictó sin más un auto de formal prisión.
Así las cosas, Graciela Acuña solicitó el amparo de la justicia federal al auto de formal prisión y obtuvo del Juzgado Cuarto de Distrito un amparo para efectos, a fin de que el procedimiento se repitiera y sin más el juez Bagatella volvió a dictar el auto de formal prisión por un delito, del que por “debajo de la mesa” se maneja como “un trajecito”.
Qué lamentable.
Cómo se ve que ya estamos listos para los juicios orales.
Nos vemos cuando nos veamos.